Del narcotráfico a la narcoeconomía y la narcopolítica

Del narcotráfico a la narcoeconomía y la narcopolítica

Ramon Núñez Ramírez

Hace muchas décadas el narcotráfico comenzó a coquetear con los partidos políticos, financiando campañas y comprando impunidad en ciertos estamentos de poder; debemos recordar el caso del capo Quirino Ernesto Paulino, enganchado a teniente del Ejército y jefe de campaña en su provincia del Gobierno del PRD 2000-2004, o el poder que adquirió César Emilio Peralta, «El Abusador”, el cual cuando fue requerida su extradición por los EUA, la Procuraduría del gobierno pasado realizó un operativo y “se les escapó” de las manos, salió del país hasta que fue atrapado por la Interpol en Colombia.

Hasta esos años parecía un coqueteo, pero el apresamiento en Miami con cargos de narcotráfico a Miguel Ángel Gutiérrez (diputado, Santiago, por el PRM) y ahora el caso Falcón mostró que ya era un concubinato en el cual el narcotráfico no solo financiaba campañas, sino que logró colocar fichas importantes en el Congreso y las municipalidades.

Era inevitable que con el poder económico del narco, en un país donde la corrupción en el sector público, producto de la asociación delictiva entre funcionarios y empresarios, caminaba impunemente, el narcotráfico encontró las condiciones adecuadas para infiltrar los partidos y estos se dejaron infiltrar.

Las cuantiosas sumas de dinero generadas por la reexportación de la droga y la venta aquí, obligaba lavar esos capitales y así los capos se convertían en empresarios o usaban testaferros para adquirir una variedad de activos. Ese influjo de capitales representa una importante economía subterránea, su aporte al PIB es impredecible, pero por los activos incautados a un solo entramado podría rondar entre 1-2 puntos porcentuales del PIB.

La narcoeconomía contribuye a la balanza de pagos, a la creación de empleos y un aumento de la demanda agregada, pero el costo en término de vidas, decadencia moral y ahora la infiltración de los partidos, representa un costo superior al aporte de ese dinero sucio a la economía.

El diálogo es una magnífica oportunidad para los partidos y la sociedad consensuar modificaciones a las Ley de Partidos (No 33-18) y la orgánica del Régimen Electoral (No 15-19), partiendo de la propuesta realizada por la JCE, con la finalidad de reducir el tope de gastos en las campañas, que se pueda supervisar y delimitar los aportes privados, para minimizar el flujo de recursos del narcotráfico y que haya fuertes sanciones a las violaciones.

Es necesario modificar la Ley Contra el Lavado de Activos (No 155-17) con la finalidad de que los partidos y los candidatos sean “Sujetos Obligados” y también fortalecer la Unidad de Análisis Financiero (UAF) y la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) para que actúen a tiempo sobre las alarmas y evitar se constituyan mega estructuras del crimen organizado como el denominado caso Falcón.

Es necesario modificar la Ley Contra el Lavado de Activos

Debemos recordar el caso de Quirino, enganchado a teniente ejército

El diálogo es una magnífica oportunidad para los partidos

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