Del oficio docente al ejercicio profesional

Del oficio docente al ejercicio profesional

Jesus de la Rosa.

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Con el advenimiento de la democracia, aquí, al igual que en varios países de la América Española y del Caribe, surgió la necesidad de proporcionarles mayores grados de formación a los maestros en servicio que no disponían de los mismos, vale decir a casi todos. También, la de reformar la educación en todos sus niveles y modalidades. Ambos procesos debían de marchar al unísono. Pero, emprenderlos acarreaba un aumento considerable de las partidas presupuestarias destinadas al sector, en momentos en que no se disponía de suficientes recursos económicos para hacerlo. Una reforma de la educación no puede llevarse a cabo sin contar con un cuerpo profesoral dispuesto y técnicamente capacitado para hacerlo. Si bien es cierto que los proyectos de reforma de la educación son formulados por expertos y técnicos en la materia, el proceso en sí tiene lugar en las aulas y laboratorios de clase bajo la dirección y supervisión de directores y maestros; estos últimos, actuando en un contexto social y cultural determinado. En materia de educación, no debemos perder de vista el ambiente en el cual nos desenvolvemos a fin de remover los obstáculos que impiden o limitan nuestros esfuerzos en favor de un mejor sistema de instrucción. Para innovar las prácticas docentes, producir nuevos conocimientos en la materia e integrar los procesos de formación de maestros con el desarrollo de la instrucción, las acciones del ministerio del ramo no bastaron. Se hizo necesario la participación de las universidades y de otras instituciones en proceso tan complejo como ese. Hoy contamos con gestores, técnicos y personal administrativo paraatender una demanda de enseñanza a tono con las exigencias de un mundo globalizado de mercado abierto a la competencia internacional. Sí, como afirmamos en otras entregas, al final de la llamada era de Trujillo no disponíamos de esos recursos, ¿cómo fue que nos agenciamos los que hoy tenemos? Los afanes para conseguirlos se iniciaron hace más de cinco décadas con la puesta en práctica en horario sabatino de un novedoso programa de formación y capacitación de maestros en servicio emprendido a principios de la década de los años 60 por la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña bajo la dirección efectiva del profesor Luis A. Duvergé Mejía. Antes del final de dicho periodo, el Departamento de Pedagogía de la Facultad de Humanidades de la Pontificia y Real Universidad Autónoma de Santo Domingo inició en la ciudad de San Pedro de Macorís un programa de formación y capacitación de maestros de liceos secundarios llamado Plan Macorís, el cual tuvo muy buena acogida en la región este del país. Esos dos grandes esfuerzos por mejorar los servicios docentes sirvieron de acicate para que otras instituciones universitarias comenzaran a ofertar con igual éxito programas de formación y capacitación de maestros tanto en su sede principal como en sus extensiones regionales.
Gracias a esos y otros esfuerzos por el estilo, hoy, más del 80% de los maestros que laboran en escuelas públicas y en colegios privados posee un título universitario o de técnico profesional. Y muchos de ellos han cursado estudios de post grado en universidades nacionales y extranjeras. Los antiguos departamentos de pedagogía de varias universidades han devenido en Facultades. Y las antiguas escuelas normales reagrupadas en un Instituto Superior Especializado bautizado, a petición del autor de este artículo, con el nombre de Salomé Ureña.
La realidad de un mundo globalizado de mercados abiertos a la competencia internacional nos obliga a replantearnos nuestras maneras y formas de vida con la intención de lograr materializar nuestros anhelos y hacernos merecedores del reconocimiento de parte de quienes nos rodean. Convencidos estamos que sólo una formación profesional esmerada nos abrirá las puertas de un futuro que ya se ha hecho presente en muchos de nosotros.
En otro orden de ideas: Los resultados de la medición de competencias de estudiantes dominicanos (no de los) están siendo evaluados fuera de contexto por personas con escasos conocimientos en la materia. A ello nos referiremos en otras entregas.

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