Del pacto fiscal a la legitimidad de la reforma

<STRONG>Del pacto fiscal a la legitimidad de la reforma</STRONG>

El gobierno apostó a que el Consejo Económico y Social (CES) le brindaría la oportunidad de lograr el consenso en torno a una reforma fiscal, planteada por la Estrategia Nacional de Desarrollo (END) que esos sectores acordaron. Reforma que el CONEP le puso el apellido de integral, pero en la mesa de la consulta, no de la negociación como algunos avispados pretendieron construir, intentaron trancarle el juego al gobierno con un recorte de gastos, sin reforma fiscal, que de aplicarse conduciría esta economía a la recesión, pérdida de empleos y colocar en mayor peligro la sostenibilidad fiscal.

La aritmética presupuestaria no se equivoca y vamos a ver que la propuesta de reducir el gasto a RD$410,000 millones (16.9% del PIB) sin reforma fiscal, imposibilitaría al gobierno de cumplir con los compromisos básicos, y además llevaba implícito un déficit equivalente al 3.3% del PIB ya que los ingresos totales del gobierno apenas van ascender a RD$329 mil millones. ¿De dónde el gobierno va a lograr el financiamiento de ese déficit por RD$81 mil millones más RD$63 mil millones para amortizar la deuda el próximo año?

Es bien sencilla la ecuación: 4.5% del PIB para educación, 3% intereses deuda pública y manteniendo la misma proporción que en el presupuesto de 2011 y 2012 a Salud (1.9%), asistencia social (0.9%), FF. AA. (0.6%), Interior y Policía (1.0%), Justicia (0.2%), Congreso (0.2%), Procuraduría (0.1%) y JCE (0.1%). Estos compromisos, que no se pueden reducir aunque sí mejorar la calidad del gasto, consumen el 12.4% del PIB (RD$309,901 millones) y el gobierno apenas contaría con RD$101 mil millones, siempre y cuando se asuma un déficit de RD$81 mil millones, para las obras de infraestructura que tanto reclama la población, agricultura, turismo, ayuntamientos y todas los demás Ministerios e instituciones autónomas y descentralizadas, más el subsidio eléctrico. La aritmética presupuestaria no cuadra porque sencillamente ningún país con 13% de presión tributaria dedica 4.5% a la educación y a su vez dispone de los recursos para salud, asistencia social, infraestructura, seguridad pública, etc.  República Dominicana es el país de más baja presión tributaria en AL y el Caribe, con excepción de Guatemala y Haití, y por ello todos los estudios realizados en los últimos años (desde Atalli, a Harvard pasando por BM y otros) apuntan a la necesidad de elevar el nivel de recaudaciones frente al PIB. Por esas razones el CES llegó al consenso en la END acerca de la necesidad de elevar la presión tributaria del actual 13% a 24% del PIB en el 2030.

A nadie le gusta pagar impuestos, personalmente rechazo algunas de las figuras del anteproyecto sometido el pasado miércoles por el Poder Ejecutivo, pero la alternativa: un recorte de 100 mil millones sin una reforma fiscal, conduciría a una recesión, incumplimiento de las metas de la Estrategia y lo que es peor, la imposibilidad de arribar a un acuerdo con el FMI, que representa la única vía para el país obtener los recursos para financiar el déficit del próximo año y reenganchar con nuevos préstamos para amortizar los vencimientos de 2013.

Es cierto que es difícil vender este proyecto de reforma fiscal a una ciudadanía que percibe paga muchos impuestos y estos no son adecuadamente utilizados, pero la otra cara de la moneda es una administración que ha enviado señales y acciones contundentes de su voluntad política de mejorar la calidad del gasto. Esas señales a lo largo del tiempo, cada día demostrando el uso racional, transparente y honesto de los dineros recaudados, la aprobación de una  Ley de Responsabilidad Fiscal (como contempla la END) para garantizar no se repitan desvíos en las metas de déficit, como ocurrió este año, y una recuperación del crecimiento potencial a mediano plazo con un uso eficiente y frugal del gasto van a legitimar las medidas de ajustes que hoy con valentía política está asumiendo esta administración.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas