Del PRD de ayer al PRD de Miguel

Del PRD de ayer al PRD de Miguel

El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) fue fundado en La Habana, Cuba, en el año 1939 por un selecto grupo de opositores políticos exiliados que tenían en común combatir el oprobioso régimen dictatorial del Generalísimo Rafael Leonidas Trujillo, llegado al poder en 1930, tras un golpe de Estado que provocó la pretensión de Horacio Vázquez de extender su mandato presidencial más allá de su periodo constitucional.

Ajusticiado Trujillo el 30 de mayo 1961, una comisión del PRD, encabezada por Angel Miolán llega la país el día 5 de julio de 1961 y meses más tarde arriba al país su líder y presidente, Juan Bosch, quien con sus prédicas democráticas y su conducta austera adoctrina y despierta una adhesión y un entusiasmo popular inusitado que lo llevaría al solio presidencial en las elecciones del 20 de diciembre 1962, para ser derrocado, apenas siete meses después de tomar posesión, por un golpe cívico militar, fraguado por la retranca de la oligarquía criolla y el apoyo del gobierno norteamericano.

Pero ya la semilla estaba sembrada; y el partido de la esperanza, el buey que más jala, pudo sobreponerse y en abril del 1965 con Caamaño, Fernández Domínguez y las fuerzas constitucionalistas abrió un nuevo capítulo luminoso de nuestra lucha libertaria truncada por la grosera intervención militar norteamericana, apoyada por renegados de siempre.

Bajo el liderazgo de Bosch y Peña Gomez el PRD se convirtió en un partido de oposición vigoroso combatiendo el régimen represivo y despótico de Joaquín Balaguer, logrando vencerlo en las elecciones de 1978 y 1982, ya sin Juan Bosch que había abjurado sus filas para formar un nuevo partido PLD “para servir al pueblo” del cual renunciaría desengañado pocos años después pero sin poder vencer su aversión contra Peña Gómez, alineándose con sus verdaderos detractores y enemigos.

La salida de Bosch del PRD fue la primera estocada mortal. Los dos gobiernos perredeístas, a pesar de las libertades reconquistadas y su intencionalidad, atrapados por las fuerzas del populismo y la impunidad, no llenaron las expectativas del partido de la esperanza lo que permitió el “vuelve y vuelve” impúdico y la segunda estocada mortal.

Quien vivió el “dramático, patético y espectacular Juicio del Siglo” le será difícil comprender cómo ante un proceso político que tenía abiertamente por finalidad destruir la imagen del Presidente Jorge Banco y aniquilar el partido, éste permaneció indolente y temeroso, incapaz de asumir una defensa y movilizar a las masas contra el infame montaje auspiciado por su maquiavélico armador y su cohorte.

La tercera estocada vendría del mismo PRD. Luego de ganar la elecciones del 94 se resigna a pactar con quien proclama “Padre de la Democracia”, para caer luego en la aberrante reforma Constitucional que dejaría la cancha libre a un nuevo y peligroso adversario, Leonel Fernández.

En cambio el PRD de Miguel tiene otro comportamiento. Siendo coherente recoge con regocijo cualquier saltimbanqui y ofrece “ayuda técnica de sus abogados para que asesoren y defiendan a uno de los suyos acusado de sicariato y lavado de activo. Porque para sus seguidores ¡Miguel es la Patria!

 

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