En el tomo III, que contiene las letras N-Z, que Martín Alonso recoge en su Enciclopedia del Idioma, hay unas cuantas voces algo curiosas, creativas, con cierto valor en el idioma, que el autor da paso en su diccionario histórico y moderno de la lengua española de los siglos XII al XX.
Abarca usos etimológicos, tecnológicos, regionales e hispano americanos.
Incluye los términos:
Quimba: 1. femenino, usado en Chile, Argentina y Perú con los significados de ‘contoneo’ y ‘garbo’. 2. En Ecuador, ‘mueca’. 3. Colombia y Venezuela, ‘especie de alpargata’. 4. Ecuador. ‘especie de zapato, todo de suela’. 5. Panamá. ‘cierta arepa de maíz’ y 6. Plural. Colombia, ‘apuros, aprietos, deudas’.
Quimbámbaras. f. pl., vulgar y festivo: Cuba y Puerto Rico. ‘Lejuras’ (de lejos), ‘Los Cerros de Úbeda’.
Quimbambas: f. pl. ‘país imaginario, en el que se sitúa a la gente ‘olvidadiza, ignorante o distraída’.
Quimbámbulas. f. pl. Cuba. ‘Sitios ásperos’ o ‘fragosos’. Salvá: Dicc., 1879.
Quimbazo: Cuba. ‘golpe dado con el quimbo’.
Quimbear: Ecuador ‘caracolear’. ‘serpentear’.
Quimbo: Ecuador y Perú. ‘Quimba’. ‘Contorno’. 2. Festivo. Antillas. ‘Machete’. Santo Domingo. ‘Revólver grande’.
Quimboso: adj. Perú ‘Que hace quimbos o movimientos’.
Quimbolito: Ecuador ‘pasta preparada con harina de maíz o almidón de papas, azúcar, huevo y manteca envuelta en hojas de achira y cocida al vapor’.
Quimbumbia: Cuba. Cumbumba, ‘juego infantil’.
Quimbambas, ‘País imaginario’.
Quimbumbia, ‘caracolear’.
¡Qué de cosas pueden provenir de un simple vocablo! ¡Cuántas sorpresas atesoran las voces, y que, de tanto en tanto, nos envuelven con poderosos atractivos y con sorpresas enigmáticas. Con la gracia y picardía añadidas, del contoneo y otras peculiaridades que se deslizan desde el quimbo, que es ‘machete’ y ‘revólver grande’ y hasta el inocente juego infantil cubano, que denominan ‘quimbumbia’.
Lo uno y lo otro. La diversión y el agobio. El lenguaje da para todo.
¿Podríamos haber enviado a tiempo a doña Irma para los Cerros de Úbeda? ¿Qué hacemos ahora con lo que nos trajo o nos dejó la virtuosa María?
Cada quien sabe y debe hacer lo suyo. Por eso nos retornó temprano a Don Danilo Medina, Excelentísimo, para que nos recitara los hermosísimos versos de Francisco Luis Bernárdez, poeta argentino:
“Si el mar que por el mundo se derrama, /tuviera tanto amor como agua fría, /se llamaría por amor María/ y no tan sólo mar como se llama”. 22-IX-2017.