Del respeto al desprecio

Del respeto al desprecio

MADRID, España.- El 4 de octubre del 1997 fue la fecha escogida por la infanta Cristina de España para contraer matrimonio con el deportista Iñaki Urdangarin, en la Basílica de Barcelona, donde entrò feliz, con su elegante traje del diseñador Lorenzo Capriles, del brazo de su padre, hoy rey emérito Juan Carlos de Borbón y asiduo visitante de las “altas jerarquías, de Casa de Campo, de la Romana”, donde disfruta de ese bello paraíso terrenal.

En ese entonces, la aparentemente tímida princesa, cuya vida había transcurrido de manera tranquila, sin escándalos, en cierta forma insípida, nunca pudo imaginarse que llegaría a sentarse en un banquillo de acusados y terminar tras las rejas de una cárcel española.

Supuestamente, todo por culpa de su hermoso, elegante consorte, a quien la ReinaSofia llamó “el yerno ideal”, que resultó ambicioso y corrupto,

La desviación de fondos del Instituto Nóos, dedicado al deporte, cultura e integración social, presidido por el flamante esposo de Cristina de Borbón, la ha salpicado peligrosamente, pues a la princesa se le acusa de ser supuestamente su cómplice, un señalamiento que ha derivado en que el respeto y admiración que la sociedad española les dispensara se haya tornado en un desprecio total,

En sus largas horas sentada en el Tribunal de Palma, la princesa luce abatida, cansada y muy triste, sabe que lo que le viene encima es difícil aceptarlo, pues en el Tribunal se está pidiendo 19 años de prisión para su marido Iñaki y para ella unos seis años, situación que como Infanta de España le es insólito, extremadamente humillante.

Cristina alega que es inocente, que ella, fiel enamorada esposa, firmaba documentos sin leerlos, lo que se duda, pero, particularmente, por experiencia propia, muchas personas, mujeres y hombres lo hacen, incluyendo mi persona.

La principal enemiga en los tribunales de la princesa es la presidente del sindicato Manos Limpias, Virginia López Negrete, una abogada que luce llena de odio y afán exhibicionista, que no deja ningún tipo de salvación a Cristina, pues es la única en el Tribunal de Audiencias, que mantiene en el banquillo de los acusados a la hermana del actual rey de España, Felipe VI, solicitando además, pena de cárcel, a la hoy sola, abandonada por su familia real, y despreciada por la sociedad, Infanta.

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