Del Septeto Habanero

Del Septeto Habanero

POR ALEXIS MÉNDEZ
(Segundo Round)

“Es lo más sublime para el alma divertir”…y tiene, desde 1920 enamorando al mundo. Es a partir de 1920 que el son empieza su ascendente viaje a la gloria, y que coincide, en fecha, con la formación del Septeto Habanero (Primero Sexteto, como ya escribimos). Vivamos la historia.  

En 1916, se organizó el primer grupo profesional de son que se haya registrado. Este fue el Cuarteto Oriental. De este cuarteto se desprendió el Sexteto Habanero, cuatro años después.

Para el 1923 El Sexteto introduce el contrabajo. Este hecho constituye la primera modificación del formato orquestar sonero, propiamente dicho. Antes existía “La Botija”, el mismo recipiente de barro que todos conocemos, el cual, desde la época colonial, se venía utilizando. Era una especie de bajo rudimentario.

Para el año 1925 se realizó, en la habana, el primer concurso nacional de son. Es el Sexteto Habanero quien gana el evento, interpretando el tema Tres Lindas Cubanas, una composición de Antonio María Romeo. Un año después, el Sexteto viaja a Nueva York donde realiza un grupo de grabaciones de son entre las que está ese tema y otros, los que ayudaran a la internacionalización del son, muy por encima de las demás expresiones cubanas, y gracias al repunte del disco de 78RPM.

En el mismo 1925 comienza su carrera profesional, junto al Sexteto, quien años después se convirtiera en uno de los grandes cantantes cubanos: Abelardo Barroso, a quien se le nombró “El Caruso del danzonete”.

Un hecho importante para el Son y para el ya convertido en Septeto, se dio en 1929, año en que viajaron a Tampa donde participaron en la filmación de la película “El Puerto del Infierno” con Lupe Vélez. Dicha cinta significó un resorte para la carrera de esta agrupación.

Son hechos que ocurrieron en la década del despegue del son. Junto al Septeto Habanero estuvieron otros protagonistas, como Miguel y el Trío Matamoros y el Septeto Nacional de Piñeiro. Rita Montaner y Machín también merecen laureles; Pero es el Septeto quien ha mantenido la tradición, a pesar de la constante evolución de la música cubana.

La evolución, en manos de Irakere, de Van Van y NG la banda, por citar algunos nombres, van de la mano con grupos de son tradicional como el de Pancho Amat, Sierra Maestra y Los Jóvenes Clásicos del son. Es el Septeto Habanero responsable de que la segunda se mantenga.

Es una tradición que anduvo con ellos por Estados Unidos, México, Colombia, Nassó, Curazao, Jamaica, Venezuela, Cabo verde, Costa de Marfil, Zaire, Angola, Nigeria, Zambia, Francia, Portugal, Bélgica, Suiza, Austria, Luxemburgo, Isla Azores, España, Grecia, Senegal, Mali, Congo, Holanda, Santa Lucia, Puerto Rico, Barbados y Gabón.

Una tradición que también nos tocó a los dominicanos, aunque nunca hayan venido por aquí. Y es por estas razones que apelo a la afición de soneros y no soneros (pero si amantes de la buena música). Son estos motivos más que suficiente para, definitivamente ser testigo del suceso de este próximo 16 de Septiembre en el Teatro La Fiesta del Hotel Jaragua.

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