El uso, en conjunto, del “fracking” y de la perforación horizontal para la extracción de los combustibles estadounidenses de las rocas de esquisto, ha hecho una realidad aquello con lo que América no soñaba desde la década de los 30. Debido a esos avances tecnológicos:

– La producción de petróleo el año 2012 alcanzó los 7 millones de barriles por día, la mayor en dos décadas.

– En el 2014 se espera que la producción de petróleo sea de 7.82 millones de barriles por día, el más alto desde 1988.

– Las importaciones llegaron a su punto más bajo en los últimos 15 años.

La AIE predice que Estados Unidos se convertirá en el mayor productor de petróleo para el año 2017, y auto-suficiente en diez o doce años adicionales.

De carbón a gas natural.

La eficiencia en la extracción del gas natural ha disminuido sus costos grandemente, provocando el desplome del precio de casi un 60% desde el 2008, contribuyendo a un incremento notable en la competitividad de la industria manufacturera estadounidense versus China. Esto ha resultado en extraordinarias oportunidades para el productor manufacturero norteamericano, el mexicano, y el de los otros países, como el nuestro, con acceso libre de tarifa a esos países si somos capaces de recuperar nuestra competitividad.  Por su parte, los precios del carbón se han deprimido, para mantener su competencia con el gas, ocasionado una caída de la demanda de carbón sin precedentes, por lo que los productores de carbón estadounidenses han optado por exportar su producto hacia otras economías demandantes del mismo, especialmente China.

En apenas doce años, teniendo un crecimiento meteórico en los últimos cuatro años, la participación de los yacimientos no convencionales de gas natural en la producción norteamericana ha aumentado de un 1% a un 35%. Es actualmente el primero en el mundo en producción de gas, y el cuarto en reservas comprobadas -7.7 trillones de metros cúbicos-.

Impacto del ‘’boom’’ energético norteamericano.

Si no se hubiera producido el boom energético estadounidense los precios del petróleo estarían entre US$40.00 y US$60.00 más por barril, debido a la situación tumultuosa en toda la región de Medio Oriente, que produce 60% del petróleo exportable. Por cada aumento de US$20.00 en el precio del petróleo se reduce 1% el PIB internacional.

El fallecimiento del Presidente Chávez agrega incertidumbre a los países, como el nuestro, miembros de PETROCARIBE.

El Presidente Maduro enfrenta las siguientes realidades: 1) él no tiene el carisma de Chávez; 2) enfrentar, en 30 días, la oposición y compactar el chavismo; 3) enfrentar la situación económica más crítica de los últimos 30 años, caracterizada por una inflación de 25 a 30% anual en los últimos tres años, una devaluación, hace algunas semanas, del 33%; etc.

Esperamos fervientemente que el acuerdo de PETROCARIBE se mantenga con las condiciones actuales.

Esto compele, por razones de prudencia mínima, a que tomemos medidas precautorias anticipadas. ¿Cómo cuáles?

– Tomar la decisión de convertirnos en una nación competitiva para poder accesar a 900 millones de consumidores pudientes, a los cuales podríamos exportar la cantidad que queramos con una tarifa cero. ¿Y cuáles serían esas medidas drásticas?

– Reducir al mínimo las barreras a la competitividad, como son: un sector eléctrico con un 40% de sobre precio; el monopolio del transporte de carga; los altos costos de manejo de carga en los puertos; bajísimo índice de institucionalidad; un nivel desbordado de consumo privado y público; y una alta incidencia de oligopolios.

El Presidente Medina ha empezado a controlar el crecimiento de los gastos corrientes y mejorar la calidad del gasto. Este es un paso hacia adelante, pero urge que él encabece un movimiento de liderazgo político, empresarial y social para tomar, con carácter de urgencia, las medidas que creen un modelo económico preponderantemente dirigido a la producción y a la exportación, que es lo que nos permitiría lograr un progreso creciente con equidad social.

¡Atrevámonos!