Del suspenso al entendimiento

Del suspenso al entendimiento

Al considerar “inaceptable” los resultados del pasado certamen electoral, al mismo tiempo de colocarse a la cabeza de la oposición, el Presidente Mejía, en su discurso del pasado domingo, introdujo un efecto suspensivo a la caldeada situación política que dicho certamen provocara: abrió un compás de espera que permitirá diseñar respuestas acabadas destinadas a subsanar la inconformidad opositora ante la consumación de la habilidad gubernamental del manejo de resortes del poder para mantenerse ejerciéndolo, contribuyendo así al rescate de la legitimidad del próximo gobierno, cuya precariedad  el propio oficialismo reconoce con la tímida celebración del vencimiento.

Ese rescate resulta imprescindible para la gobernabilidad de la nación durante el próximo período constitucional, que ya no tiene la válvula de escape que le proporcionaba las elecciones de medio término.

La gobernabilidad lleva aparejada el equilibrio fiscal para la estabilidad económica, implicando reducción de gastos, burocracias y subsidios, que no podrían acometerse en el caldeado ambiente político que proporciona el triunfo cuestionado. La imposición de nuevos tributos propuestos al FMI, cuya protesta ha sido detenida por las expectativas electorales y legitimidad actual, tendrían los efectos de echarle leña al fuego. Finanzas públicas desequilibradas haría difícil el endoso del FMI y las inversiones externas, en las que tanto descansa el modelo PLDista, se tornarían cautas cuando no tentadas a repatriarse con repercusiones  devaluatorias y afectaciones a la liquidez de nuestro sistema bancario. Subsanar las heridas políticas dejadas por el proceso recién terminado, después de 16 años de procesos ejemplares, resultan imprescindibles para el buen desempeño del presidente electo y sería factible mediante entendimiento entre cabezas de los dos polos que acaban de contender.

El espacio dejado abierto por el Presidente Mejía proporciona margen para ello, considerando que personeros del próximo gobierno se mueven en la misma dirección, a juzgar por los pronunciamientos del presidente cuando rindió tributo al profesor Bosch; del sector externo clamando por cuidado y protección al presidente electo y del litoral reformista gobiernista por boca del gerente del BNV que acaba de bautizar este entendimiento como conciliación. Solo falta que alguna instancia responsable de la nación promueva e implemente este entendimiento,  que puede moverse dentro de un abanico de participación gubernamental o en organismos del Estado – JCE, Cámara de Cuentas, presidencia de cámaras legislativas, etc. – durante la primera mitad  del cuatrienio hasta un ejercicio opositor constructivo durante la segunda mitad en preludio a la próxima cita electoral del 2016; sin excluir agendas contentivas de temas obligados, como el combate a la corrupción.

Solo así se podrá ejercer una buena oposición  que en democracia es tan necesaria para el buen gobierno.

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