MILWAUKEE, Wisconsin, EE.UU. (AP) Las mujeres con cáncer de seno deberían considerar un incentivo fuerte para evitar engordar: si se mantienen delgadas tienen mayores posibilidades de sobrevivir a la enfermedad.
Una investigación nueva sugiere que por cada 5 kilos (11 libras) que una mujer aumente después de haber sido diagnosticada con cáncer de seno, se incrementa un 14% la probabilidad de que la enfermedad sea letal.
El estudio no es definitivo, pero ofrece la evidencia más fuerte que exista hasta ahora sobre la importancia de controlar el peso, fundamental tras la detección del cáncer de seno. Se vio una tendencia importante entre los niveles crecientes de aumento de peso y una mayor mortalidad, expresó Hazel Nichols, un estudiante de doctorado de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins. Factores relacionados con el estilo de vida, las cosas que incorporamos después de un diagnóstico de cáncer de seno, como la dieta y el ejercicio, muestran que pueden repercutir en la supervivencia.
Nichols dirigió el estudio y reportó el viernes los resultados en una conferencia de la Asociación Estadounidense de Investigación de Cáncer, realizado en Filadelfia.
Los investigadores comenzaron el estudio con un grupo de 4.021 mujeres que habían sido diagnosticadas con cáncer de seno entre 1988 y el 2001 en los estados de Wisconsin, Massachusetts y Nueva Hampshire. Las pacientes suministraron información sobre su peso, altura, historia familiar y los factores de riesgo del cáncer de seno durante entrevistas telefónicas. Entre 1998 y el 2001, todas las sobrevivientes recibieron por correo encuestas en las que les pedían que actualizaran la información sobre estos aspectos y sus hábitos de estilo de vida, como el ejercicio y la dieta.
Después de un promedio de seis años de seguimiento desde su diagnóstico, se registraron 121 muertes de cáncer de seno y otras 428 muertes que no estaban relacionadas con esa enfermedad específica. Por cada 5 kilos (11 libras) de peso aumentados después del diagnóstico, el riesgo de morir de cáncer de seno o de otras causas ascendió un 14%. La relación persistió aún después que los investigadores consideraron las diferencias de edades, por la menopausia.