Con el 99,34 % de las mesas computadas, los resultados a nivel presidencial de la Junta Central Electoral sobre las primarias del Partido Revolucionario Moderno confirmaban con claridad meridiana, aunque a las 11:00 de la noche, otra de las grandes sorpresas de la contienda electoral entre los perremeístas: Delia Josefina Ortiz.
Única mujer en la lista de las figuras del oficialismo a las que los reflectores enfocaron su atención la noche del domingo 1 de octubre. Desconocida para muchos, (aunque no en su partido), sin publicidad, sin media tour, sin vallas, sin el populismo propio de la temporada, la fémina, en un ¿sólido? cuarto (y último) lugar, demostró que fue la gran ganadora de las votaciones cerradas del PRM.
Con 13,575 votos, que equivale a 1,43 %, sólo 0.78 % de los perremeístas hicieron la diferencia en comparación con los resultados de Ramón Alburquerque, cuyos números lo dejaron en la tercera posición con 21,021 (2,21 %) personas que optaron por él.
¿Enviaron un mensaje los perremeístas con esa sorpresa sobre la cual el ingeniero Alburquerque aseguró que fueron votos comprados?
¿Se debilitaron las figuras de Guido Gómez Mazara (en segundo lugar con 5,55 %) y Alburquerque con la gran ganadora?
Que Ortiz apareciera (¿a última hora?) en el cuadro electoral, sin bulla, bajo perfil, sin promesas conocidas a nivel mediático, habla más de ella y sobre cómo está pensando la organización política, que de todo el esfuerzo que la principal dupla opositora en el mismo partido hizo durante meses.
Pero además cabe otra pregunta: ¿qué identificaron en Ortiz esos 13,575 votantes que no vieron en Guido y Alburquerque?
La pelota política con Delia Ortiz queda en la cancha del presidente Abinader y de la dirigencia perremeísta.