Tanto el sector privado como el público; los gobiernos que hemos tenido, son culpables de la degradación moral existente y del auge de la delincuencia incontrolable que padecemos.
Tenemos una clase empresarial insaciable que ha sido cómplice con los gobiernos, y no ha colaborado en el mejoramiento del modo de vida de sus empleados y trabajadores.
Ahí está el tranque que se origina cada vez que gobierno, sector sindical y los empleadores privados se abocan a discutir aumentos salariales. Las ofertas del sector privado han sido pírricas. Muy pocas empresas en la República Dominicana tienen programas sociales para sus trabajadores e hijos de éstos.
Esa gran deuda social ha sido la causante de la galopante delincuencia que nos azota. Jóvenes que llegan a la edad productiva, no encuentran la oportunidad de un empleo. ¿Qué le queda?
En los últimos tiempos, la delincuencia ha ido tocando a personas que antes no alcanzaba.
Recordamos cuando fue atracado en un sector residencial de la capital un sobrino del humorista ido a destiempo, don Freddy Beras Goico. Fue un verdadero escándalo.
Recientemente fue atracado el ex-ministro de Obras Públicas y secretario de Finanzas del gobernante Partido de la Liberación Dominicana, ingeniero Víctor Díaz Rúa. Y también, el humorista Felipe Polanco (Boruga). O sea, esos hechos indican que nadie escapa al alcance de la delincuencia ante la inseguridad ciudadana, como causa principal de la gran deuda social acumulada en la República Dominicana.