POR YNDIRA CONCEPCION
Los residentes de Cancino Adentro, en Santo Domingo Este, se han sometido a un “toque de queda” por el azote de los delincuentes en ese sector y zonas aledañas, por lo que pidieron a las autoridades que “de manera urgente” incluya la zona en el programa “Barrio Seguro”.

Ivelise Francisco Ulloa, presidenta de la Junta de Vecinos de la Ribera del Ozama, dijo que esos sectores son huérfanos en toda la extensión de la palabra. “Nosotros necesitamos que las autoridades nos pongan caso, porque ya estamos cansados de esperar cumplir promesas”.

Manifestó que después de las 9:00 de la noche nadie puede salir de su casa por el temor a los delincuentes que atracan y asesinan en esa zona a cualquier hora del día, pero la amenaza se intensifica en horas nocturnas.

Se quejó de que los policías apresan a los ladrones pero son puestos en libertad bajo el alegato de que no hay pruebas, “ellos quieren que uno los lleve con las pruebas en la cabeza. Nosotros no dormimos porque tenemos que estar velando nuestras casas por la inseguridad e intranquilidad que tenemos”, afirmó.

Del mismo modo se expresó Gladys Castillo, quien dijo sentirse temerosa de salir a las calles porque en cualquier momento puede ser víctima de un atraco.

“Uno vive asutao’. Yo tengo un celularcito y hace rato que lo escondí porque uno tiene que cuidarse uno mismo”, expresó.

Castillo dijo que si uno “se pone malo” lo llevan a un dispensario médico de Atención Primaria de Salud Pública que sólo cuenta con antigripales y pastillas para el dolor de cabeza, si la cosa se pone peor lo llevan a la Maternidad San Lorenzo de Los Minas, ubicada a un par de kilómetros.

Para regresar a sus casas es un viacrucis porque los taxis no van a Cancino Adentro ni que le paguen el triple de la tarifa, “cuando se dan cuenta que es para Cancino que vienen, en la entrada le devuelven en dinero a uno, o tiene que coger un motor y venir a pie, dijo.

Otro de los dolores de cabeza de los residentes de Cancino Adentro son las calles sin asfaltar, caracterizadas por el polvo, la basura, el lodo y las rocas.

Al visitar este sector se tiene la impresión de estar a cientos de kilómetros de la civilización; pues los servicios básicos brillan por su ausencia.

No existe una sola calle con asfalto, lo que provoca que cientos de niños y adultos padezcan de afecciones dermatológicas y respiratorias como fiebre, alergias, gripe y otros.

Comerciantes como Gladys Torres y esposo han hecho de su colmado-supermercado una cárcel porque según dijo, todo se lo roban, no se puede dejar una chancleta en el frente de la casa y las puertas de las casas las arrancan.