Hoy 
Toda la zona que la gente llama Boca Chica, pero que comprende un ámbito mayor en esos alrededores pertenecientes a la provincia Santo Domingo, necesita la urgente y vigorosa intervención de las autoridades para detener y poner freno a una ola de delincuencia que se ha adueñado del lugar con el correr del tiempo.
Los informes que nos llegan desde Boca Chica son espeluznantes. Pareciera que aquel hermoso lugar es una especie de tierra de nadie, donde la autoridad ha cedido su jurisdicción, probablemente por omisión, a los delincuentes de toda laya.
Todavía en las tardes llegan vehículos cargados de muchachitas menores de edad para ejercer la prostitución. Pueden verse en las inmediaciones del parque y cerca de reconocidos puntos de diversión. Se trata de una práctica vieja, denunciada por este y por otros medios en el pasado reciente.
El tráfico y comercio de drogas se hacen como si se tratara de un negocio lícito, a la vista de todo el mundo. A pesar de que este mismo año la DNCD expulsó y sometió a la justicia a seis oficiales y a tres miembros destacados en el lugar pero que operaban como banda para distribuir sustancias prohibidas, nada ha cambiado, todo sigue
Un hecho que debe llamar la atención. En julio de este año se dio cuenta de la violación en la provincia Santo Domingo de más de mil niñas menores, con edades que iban de los ocho a los 12 años. La mayoría era de Boca Chica, de su barrio vecino El Valiente y de Villa Mella. Este informe debió de preocupar y movilizar a las autoridades.
Este mismo año en Boca Chica fue desmantelada una red de falsificadores de cheques que operaba en toda esa zona. En mayo, el guardián que robó cinco millones de pesos y 22 mil dólares a una sucursal bancaria en Gurabo, Santiago, encontró refugio en una pensión de mala muerte en Boca Chica, donde por suerte fue apresado por la Policía.
En diciembre del 2009 y en marzo de este año la DNCD apresó a una pareja de esposos, en cada caso, que desde Boca Chica reclutaba mulas para llevar cocaína al extranjero.
Este poblado se mantiene, además, como un centro donde extranjeros y dominicanos se dedican a la filmación de materiales pornográficos para comercializarlos localmente y en el exterior.
Si estas actividades han sido publicadas, si están registradas en entidades públicas, ¿cómo es que el Ministerio Público, la Policía, Politur y las autoridades locales no actúan?
