Delincuentes controlan Las Cañitas

Delincuentes controlan Las Cañitas

POR GERMAN MARTE
Delincuentes armados con pistolas, ametralladoras Uzi, «chilenas» y protegidos con chalecos antibalas mantienen el control en el barrio Las Cañitas, de la zona norte, como si se tratara de una zona sin ley, donde atracan, roban y tirotean a cualquier hora del día, mientras está impotente la Policía, denunciaron ayer residentes en el lugar.

Los residentes dijeron que la Policía sólo ha podido controlar una de las decenas de calles y callejones que tiene este empobrecido sector.

«El problema es que usted no puede salir antes de la siete de la mañana; de las siete para abajo el que sale de por aquí está atracado». Con estas palabras describe Teófilo de Jesús la situación del barrio, y agrega que después de las diez de la noche «hay que estar tranquilo».

No obstante, de Jesús y otros denunciantes resaltaron que después que la PN asignó un grupo de doce agentes para controlar la delincuencia en la calle Magnolia, los actos vandálicos se han reducido significativamente en esta vía, pero recalcaron  que el resto del barrio es «tierra de nadie», donde los delincuentes imponen su propia ley.

Rafael, un vendedor ambulante que diariamente «arriesga el pellejo» para «ganarse la vida», manifestó que en Las Cañitas aún no hay seguridad, a pesar de que la delincuencia ha bajado un poco después que pusieron un grupo de agentes en la calle Magnolia,  Sostuvo que los delincuentes viven al acecho para atracar a todo el que pueden, sobre todo en medio de los apagones nocturnos, «yo creo que el director de la corporación tiene problema con la barriada».

Isidra Taveras, residente en la calle Magnolia, dijo que la delincuencia se ha aplacado después que los agentes están patrullando por esa vía, «después de varias muertes en el barrio».

COMO CHIVOS SIN LEY

Excepto en la calle Magnolia, en Las Cañitas los delincuentes viven «como chivos sin ley», mientras los residentes se sienten indefensos.

«Ellos (los policías) patrullan nada más en la Magnolia, para aquella área no hay na´ por ahí está la cosa como chivos sin ley. Por la diez no hay militares. Cualquier persona que pase por allá arriba lo atracan, y han matado a varias personas por la falta de seguridad. En la calle Aurora mataron uno hace once días, anteayer también mataron otro en la calle Amparo», expresó Ramón Alcántara.

Dijo que si las autoridades van a ofrecer seguridad deben hacerlo en todo el barrio, pues al haber patrullas en una parte del sector la gente se confía y entonces resulta víctima de los delincuentes.

«La Magnolia no es Las Cañitas. Los tígueres se cuidan de no atracar a una gente en esta calle porque hay policías, pero en el resto del barrio no hay policías», manifestó José Ramón, quien considera que en el barrio hay que implementar un plan igual al que se ejecuta en Capotillo, «pero primero, me imagino yo, hay que hacer un show político, mientras tanto se va muriendo la gente».

Indicó que después que los policías están en la calle Magnolia han matado por lo menos dos personas en otras calles del sector.

Subrayó que mientras los agentes que patrullan el barrio cuentan con escopeta, los delincuentes tienen metralletas uzi y escopetas de fabricación casera o «chilenas», «los tígueres están mejor armados que la policía», la exhiben delante de todo el mundo e incluso patrullan por las calles.

18 BALAS EN UN COLMADO

Rafael Antonio Antigua ha coleccionado 18 casquillos de municiones de diferentes calibres que ha recogido dentro de su colmado. Fuera del negocio también están las huellas de varios impactos de balas como expresión elocuente de la violencia que azota al sector.

Al mostrar su colección, Antigua sostiene que «la delincuencia, los crímenes, los atracos, son los problemas del barrio, aquí han matado gente en cantidad. Mire como yo tengo esa puerta agujereada. Mire esos son casquillos de las balas que yo he recogido aquí adentro» del colmado, expresó Rafael Antonio Antigua, quien considera que los frecuentes choques violentos entre bandas en el sector no son por el control de puntos de drogas, sino a rencillas personales.

Antigua abría su negocio a las seis y media de la mañana y cerraba tarde en la noche, pero ahora no se atreve a abrir antes de las siete, por temor a que lo atraquen, como les ha ocurrido a otros comerciantes de la zona.

 De su lado, Arsenio Lebrón afirmó que la ola de delincuencia en Las Cañitas ha llegado a un nivel insoportable, «aquí hay una delincuencia fuerte que no hay quien la aguante».

Mientras su vecina  dijo que la delincuencia ya no se aguanta, «los tígueres tirándose tiros. Tiene uno que esconderse y buscar los muchachos que están en la calle». Consideró que los agentes que hay en el barrio no son suficientes para garantizarle la seguridad a los residentes.

Según los vecinos, la banda de delincuentes que integran Julito, La Changara, Deivi, Freddy, Diogenito, Luís, René y otros no sólo asaltan a la gente en las calles, sino que ya se meten a las casas y se llevan los objetos de valor, si las víctimas gritan o hacen bulla, los delincuentes les disparan o las golpean con sus armas. Así lo hicieron la semana pasada en la casa número cuatro de la calle Rafael Guzmán de donde se llevaron un televisor y un tanque de gas luego de hacer tres disparos y amenazar con llevarse a un menor de siete meses de edad.

Precisamente en la calle Rafael Guzmán, esquina Amparo, se pueden ver los impactos de balas en varias casas.

El miedo llega hasta los motoconchistas, muchos de los cuales han sido víctimas de los ladrones.

POCOS CONTRA MUCHOS

Mientras la violencia y la delincuencia siguen arropando al barrio, el destacamento de Las Cañitas cuenta apenas con cinco agentes, incluido el teniente.

De hecho, los delincuentes superan en número y en armas a los agentes, y según residentes en las cercanías, grupos de delincuentes han llegado hasta la misma puerta del destacamento, donde únicos dos agentes que custodian el lugar han optado por cubrirse dentro del local, «porque ellos también son humanos».

«Hasta el destacamento han llegado cinco y siete tígueres armados y los policías tienen que cubrirse, porque ellos tienen familia igual que uno, y si fueran cinco y siete no fuera nada, pero nada más son dos policías», expresó uno de los vecinos.

Los residentes en Las Cañitas pidieron al jefe de la Policía, mayor general Bernardo Santana Páez, y al secretario de Interior y Policía, Franklin Almeyda que extienda hasta allí el Plan de Se reiteraron que el sector aún sigue a la espera de que la PN cumpla su promesa de extender hasta allí el Plan de Seguridad Democrática que aplica en Capotillo, «que se dejen de anunciar tanto y que lo hagan, por favor», expresó una señora.

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