Delta Intur asegura que no está en quiebra, simplemente atraviesa un problema de iliquidez

<P>Delta Intur asegura que no está en quiebra, simplemente atraviesa un problema de iliquidez</P>

“Delta Intur, no está en quiebra, simplemente atraviesa un problema de iliquidez agravado con la actitud de algunos bonistas y sus abogados, que con su intransigencia y confrontación están impidiendo que la empresa pueda realizar sus bienes para cancelar su pasivo”, aseguró hoy Omar Ramírez, encargado de Comunicaciones y Mercadeo de la corporación.

En una carta dirigida a Bienvenido Álvarez Vega, director del Periódico HOY, Ramírez respondió a una nota publicada el pasado lunes 26 de agosto, bajo el titulo “Creen drama de familias afectadas por quiebra Delta Intur cuestiona credibilidad Mercado de Valores».

“La verdad es bien distinta a como se la comunican reiteradamente estos abogados y algunos representantes de los bonistas a los medios de comunicación, como el suyo, para confundir a la opinión pública, a las autoridades e incluso a los jueces”, manifestó.

Explicó que a Delta Intur, los abogados de los bonistas y algunos de sus representantes, ni le quieren cobrar, ni le dejan pagar.

“Los abogados tienen sus propios intereses, su cuota litis, y por esa razón se han inventado una querella y unos supuestos hechos delictivos, absolutamente falsos e inventados por ellos, que solo existen en su propia estrategia y para sus propios fines y objetivos. Para ello necesitan tener «secuestrados» a los inversores minoritarios y así poder usar mediáticamente » el drama » de estos inversores, a los que, como le digo, por otro lado, les impiden llegar a acuerdos individuales con los que resolver su propia situación”, dijo. 

Sostuvo que además de haber pagado a sus inversores y bonistas más de mil millones de pesos en concepto de intereses, al día de hoy, ya ha resuelto a muchos de sus inversores otros casi mil millones de pesos más desde que se produjo su crisis.

“Igualmente, debe saber que es absolutamente falso, de toda falsedad, que se haya hecho en ningún momento por parte de Delta Intur, ni por ninguno de sus administradores y directivos, mal uso, ni distraído un solo centavo procedente de la emisión de esos bonos, ni de cantidad alguna que le hubiere confiado cualquier inversor”, puntualizó.

Sobre el Mercado de Valores. Delta Intur señaló que el Mercado de Valores ha funcionado correctamente y que es calumnioso imputarlo de mal funcionamiento. “Estas falsas acusaciones contra el mercado de valores solo son un medio de presión impropio y fuera de lugar”. 

Indicó que ningún título o valor que cotice o se negocie en el Mercado de Valores tiene garantizada su rentabilidad, ni su valorización, ni supone garantía de cobro o aval por parte de la Bolsa de Valores, ni por el Estado, por el mero hecho de que se negocie en un mercado público y regulado.

“El Mercado de Valores es un instrumento ágil y transparente al que acuden libremente los inversores a contratar y a invertir en los títulos que consideren más oportunos, bajo su exclusiva responsabilidad y a su propio riesgo. Sólo a ellos, a los inversores, corresponde evaluar el riesgo de su inversión. El Mercado de Valores y las autoridades bursátiles, deben velar por el estricto cumplimiento de las normas del mercado y por la transparencia del mismo, como, con todo rigor, se hizo con la emisión de los bonos de Delta Intur”, destacó.

AQUÍ LA COMUNICACIÓN COMPLETA:

Santo Domingo, R.D.
27 de agosto de 2013.

Señor
Bienvenido Álvarez Vega
Director
Periódico Hoy
Ciudad.

Distinguido Sr. Bienvenido:

En el día de ayer, lunes 26 de Agosto, el periódico de su digna dirección ha publicado un artículo bajo el titular. » Creen drama de familias afectadas por quiebra Delta Intur cuestiona credibilidad Mercado de Valores «, que, permítanoslo, no se ajusta en absoluto a la realidad, haciéndose eco de un sinfín de falsedades vertidas por alguno de los abogados de los bonistas, que solo persiguen la defensa de sus propios intereses en perjuicio de los bonistas minoritarios y de nuestra empresa.

La verdad es bien distinta a como se la comunican reiteradamente estos abogados y algunos representantes de los bonistas a los medios de comunicación, como el suyo, para confundir a la opinión pública, a las autoridades e incluso a los jueces

Como le detallamos ampliamente en el escrito que le acompañamos, la verdad es otra.

A DELTA INTUR, LOS ABOGADOS DE LOS BONISTAS Y ALGUNOS DE SUS REPRESENTANTES, NI LE QUIEREN COBRAR, NI LE DEJAN PAGAR.

Los abogados de los bonistas y algunos de estos, ni quieren que los bonistas cobren, ejecutando las garantías, más que suficientes, de la que gozan desde el primer día la emisión de los bonos, ni nos permiten resolver la situación a los minoritarios, cobrando estos el importe de sus bonos mediante acuerdos individuales.

Los abogados tienen sus propios intereses, su cuota litis, y por esa razón se han inventado una querella y unos supuestos hechos delictivos, absolutamente falsos e inventados por ellos, que solo existen en su propia estrategia y para sus propios fines y objetivos. Para ello necesitan tener «secuestrados» a los inversores minoritarios y así poder usar mediáticamente » el drama » de estos inversores, a los que, como le digo, por otro lado, les impiden llegar a acuerdos individuales con los que resolver su propia situación. 

A día de hoy, de no haber sido por la intransigencia y oposición de esos abogados y algunos de los representantes de los inversores, haría muchos meses que la inmensa mayoría de los bonistas minoritarios ya habrían resuelto su situación. Pero repito, en su estrategia necesitan disponer de los mas necesitados, para poder usar su » drama » en beneficio propio.

Delta Intur, además de haber pagado a sus inversores y bonistas mas de MIL millones de pesos en concepto de intereses, a día de hoy, ya ha resuelto a muchos de sus inversores otros casi MIL MILLONES DE PESOS más (1.000.000.000,- DOP) desde que se produjo su crisis.

EL MERCADO DE VALORES HA FUNCIONADO CORRECTAMENTE. 

ES CALUMNIOSO IMPUTAR AL MERCADO DE VALORES MAL FUNCIONAMIENTO.

ESTAS FALSAS ACUSACIONES CONTRA EL MERCADO DE VALORES SOLO SON UN MEDIO DE PRESION IMPROPIO Y FUERA DE LUGAR. 

Cualquier título o valor que cotice o se negocie en el Mercado de Valores, no tiene garantizada ni su rentabilidad, ni su valorización, ni supone garantía de cobro o aval por parte de la Bolsa de Valores, ni por el Estado, por el mero hecho de que se negocie en un Mercado público y regulado.

El Mercado de Valores es un instrumento ágil y transparente al que acuden libremente los inversores a contratar y a invertir en los títulos que consideren más oportunos, bajo su exclusiva responsabilidad y a su propio riesgo. Sólo a ellos, a los inversores, corresponde evaluar el riesgo de su inversión. El Mercado de Valores y las autoridades bursátiles, deben velar por el estricto cumplimiento de las normas del mercado y por la transparencia del mismo, como, con todo rigor, se hizo con la emisión de los bonos de Delta Intur.

Por lo tanto, no cabe apelar ahora a la credibilidad del mercado, porque un emisor, como ha ocurrido en nuestro caso, por dificultades de tesorería sobrevenida, no haya podido terminar de cumplir sus compromisos después de mas de dos años de fiel y puntual cumplimiento, desde que se lanzó la emisión de sus bonos.

Como mas adelante le explicamos, la emisión de los bonos de Delta Intur es absolutamente legal, el prospecto de la emisión fue absolutamente detallado y transparente, ha cumplido todos los muchos trámites legales, ha sido aprobada por todas las autoridades competentes, fue aprobado por BDO, entidad que ha ostentado y ostenta la representación de los bonistas, y el prospecto y todo su contenido contractual, incluidas las garantías aportadas, fue aceptado en sus propios términos por todos los bonistas suscriptores, que lo hicieron en el ejercicio de su libérrima voluntad y, como le digo, la emisión contaba además, como cuenta hoy, con garantías hipotecarias suficientes para en caso de impago (como ha sucedido) poder asegurar el cobro de lo invertido, mediante la ejecución de esas garantías.

LOS UNICOS QUE NO QUIEREN EJECUTAR ESAS GARANTIAS PARA QUE COBREN LOS BONISTAS SON SUS ABOGADOS.

Y a ellos les corresponde explicar cuáles son sus intereses para dilatar esa ejecución en perjuicio de sus representados. Si todavía no han cobrado es simplemente porque estos no quieren ejecutar precisamente esas garantías, valoradas en más del doble de los bonos en circulación. Resulta extraño este comportamiento de los abogados, cuando no dejan de lamentarse en la prensa y se inventan una querella que lo único que conseguirá es dilatar la solución.

Lo que es absolutamente incomprensible para todo el mundo, y para todo el mercado, es que una emisión garantizada hipotecariamente con suficientes bienes inmuebles, cuyo valor hoy supera con creces más del 125 % del valor en garantía exigido por la Superintendencia de Valores, SIV, una vez que se ha producido el impago, por la iliquidez en que se encuentra la compañía, los acreedores, la masa de bonistas y sus abogados, renuncien a la ejecución de esas garantías suficientes y se inventen una querella, tan increíble como inaceptable.

¿Se imagina que cualquiera que se compre una casa mediante un préstamo hipotecario, y que por circunstancias sobrevenidas, no pueda hacer frente a sus pagos, el acreedor hipotecario, en vez de ejecutar la garantía, y vender ese activo para resarcirse de su deuda, no lo haga y, renunciando a cobrarse mediante la ejecución de la garantía hipotecaria, interponga una falsa querella al deudor que está resignado y resuelto a perder sus bienes para pagar y cumplir sus obligaciones ?. Es incomprensible, salvo que haya otros intereses.

DELTA INTUR NO ESTA EN QUIEBRA. SOLO ATRAVIESA UN PROBLEMA DE LIQUIDEZ. Y DISPONE DE SUFICIENTES BIENES COMO PARA CUMPLIR TODAS SUS OBLIGACIONES, COMO ES SU VOLUNTAD Y SU INTERES.

Para terminar, tenga la absoluta seguridad de que Delta Intur, no está en quiebra, simplemente atraviesa un problema de iliquidez agravado con la actitud de algunos bonistas y sus abogados, que con su intransigencia y confrontación están impidiendo que la empresa pueda realizar sus bienes para cancelar su pasivo.

DELTA INTUR SIEMPRE HA MANEJADO CON TOTAL HONRADEZ LOS FONDOS DEPOSITADOS Y NO SE HA DISTRAIDO NI UN SOLO CENTAVO DE SUS INVERSORES, COMO ES FACIL COMPROBAR.

Igualmente, debe saber que es absolutamente falso, de toda falsedad, que se haya hecho en ningún momento por parte de Delta Intur, ni por ninguno de sus administradores y directivos, mal uso, ni distraído un solo centavo procedente de la emisión de esos bonos, ni de cantidad alguna que le hubiere confiado cualquier inversor.

TODAS LAS ACUSACIONES HECHAS POR LOS ABOGADOS DE LOS BONISTAS SON ABSOLUTAMENTE FALSAS Y LOS HECHOS QUE DENUNCIAN SON HECHOS INVENTADOS PARA CONSEGUIR EXTRAÑOS OBJETIVOS PROPIOS, PERO NO PARA DEFENDER LOS INTERESES DE LOS BONISTAS Y MENOS LOS DE LOS MINORITARIOS.

Por todo ello, le solicitamos y agradecemos que se digne publicar este desmentido en su diario para que luzca la verdad, que, con un detalle mucho mayor, le explicamos a continuación y de cuyo contenido puede hacer el uso que honrada y profesionalmente crea conveniente.

Con un cordial saludo,

Corporación Delta Intur.

Omar B. Ramirez

Enc. Comunicaciones y Mercadeo

oramirez@grupointur.com

 

LA REALIDAD DE LOS BONOS DE LA CORPORACION DELTA INTUR

La realidad es bien distinta a como se la explican a los medios algunos representantes de los bonistas y sus abogados, con el propósito de que una mentira repetida muchas veces, pase por parecerse a una verdad, porque la verdad, resumidamente, es la siguiente:

1).  La compañía INTUR, antigua Inmobiliaria BHD, cuando fue adquirida en 2007, por el Grupo Inmobiliario Delta, por  más de 100 millones de dólares USA, mantenía en su pasivo papeles comerciales por un importe superior a 1.200 millones de pesos, pertenecientes a unos 600 inversores, entre los que se encontraban buena parte de los actuales bonistas.

2). Muchos de estos papeles comerciales ya existían con anterioridad a la entrada en vigor de la Ley 19-00, del Mercado de Valores, de 8 de mayo de 2000 y su Reglamento de Aplicación 729-04, de 3 de agosto de 2004, que obligaban, desde su publicación, a que todas las emisiones de papeles como la de Intur, se fueran transformando en una emisión de bonos públicos, autorizados por el Consejo Nacional de Valores (CNV) y bajo la supervisión de la Superintendencia de Valores (SIV), o bien se fueran desmontando.

3). A pesar de que desde el año 2000, la nueva Ley exigía la conversión de los papeles comerciales de Intur en bonos públicos, no fue hasta 2009, casi dos años después de que el Grupo Delta comprase Intur, cuando se le permitió a ésta convertir los papeles en bonos.

De manera que la emisión de los controvertidos bonos no le generó a Intur ni a la Corporación Delta Intur, ni a ninguna otra de sus filiales, la entrada en caja de un solo peso. Los bonos sirvieron para cancelar los anteriores papeles, (muchos de ellos en manos de los actuales bonistas, que simplemente cambiaron unos por otros) tal y como expresamente se hizo constar en el prospecto de emisión aceptado por todos los bonistas. Este prospecto es público y cuanto decimos se puede comprobar solo con consultarlo en los registros públicos de la SIV. Así de sencillo.

De modo que decir que Intur, la Corporación Delta Intur o cualquiera otra sociedad de su entorno ha distraído un solo peso de esa emisión, es simplemente mentira. Falso. Y por mucho que, incluso a sabiendas de decir mentira, lo repitan los bonistas, sus abogados, o el Sr. Erick Vasquez o quien sea, sigue siendo falso. Ni un solo peso de esos bonos ha ido a parar a los bolsillos de nadie. Solo sirvieron para cambiarles a los inversores sus papeles por bonos, tal y como nos obligó la SIV.

4). El Grupo Delta, a través de otra de sus sociedades, la Corporación Delta Intur, solicita, y es a esta sociedad a la que la SIV le autoriza, previos todos los trámites, informes y permisos  oportunos, una emisión de 1.300 millones de pesos para sustituir los papeles comerciales, con la obligación de constituir antes de su colocación, en garantía del buen fin y pago de la emisión, hipotecas por al menos un 125 % del importe total de la emisión para, con esta emisión, repito, cancelar los papeles de Intur. Así figura expresamente en el prospecto de emisión, que es público y bien fácil de comprobar.

5). Las garantías, constituidas por 619 parcelas, tal y como obligó la SIV, se tasaron por un tasador independiente con anterioridad a la colocación de los bonos. Fue admitida por BDO, que es la entidad representante de los bonistas y se incluyeron en el prospecto de emisión que todo el mundo pudo ver y analizar antes de suscribir un solo bono y cuyo contenido contractualmente fue aceptado por todos y cada uno de los bonistas, por el simple hecho de suscribir los bonos. Esas garantías hoy son mas que suficientes para que, con su ejecución y adjudicación o venta, puedan cobrar los bonistas sus créditos.

El prospecto de emisión es un contrato que obliga al emisor y a los suscriptores, representados en este caso por BDO.

De modo que la emisión es absolutamente legal, cuenta con todas las aprobaciones y está garantizada por bienes inmuebles tasados en su día por tasador independiente, quien los valoró en la fecha de la emisión en 1.627 millones de pesos. De modo que la litis, es a lo sumo una litis civil. Lo que cualquier acreedor con garantía hipotecaria ha de hacer para cobrar su crédito: Ejecutar la garantía. Eso es todo.

6). El registro de las garantías hipotecarias fue tan lento, al tratarse de tantas fincas, que finalmente solo se pudieron emitir y colocar a tiempo 850 millones de pesos en bonos, en tres tramos: el primero de 150 millones, el segundo de otros 150 millones  y el tercero y último por 550 millones, quedando por tanto sin convertirse en bonos otros tantos papeles comerciales por ese importe aproximado de 450 millones de pesos.

Sin embargo, se registraron las hipotecas sobre todas las fincas valoradas en 1.627 millones de pesos, cuando la realidad última fue que solo se colocaron 850 millones de pesos que quedaron así, finalmente, garantizados con hipotecas equivalentes a un 191% del nominal de la emisión, cuando el prospecto obligaba a que solo fuese del 125%.

7). En marzo de 2012, la Corporación Delta Intur, con enormes dificultades por falta de liquidez al tener inmovilizados todos sus recursos en inmuebles, entre ellos los hipotecados en garantía de la emisión de los bonos, amortizó el primer tramo de 150 millones de pesos, quedando reducidos los bonos en circulación a 700 millones de pesos, pero garantizados con los mismos 1.627 millones de pesos de las hipotecas otorgadas inicialmente para los 1.300 millones de la emisión prevista. Es decir los 700 millones de pesos tienen en garantía fincas tasadas inicialmente en 1.627, que representan el 232% del nominal de la emisión viva.

8). Desde la fecha de la emisión hasta que se produjo lamentablemente el impago, la Corporación Delta Intur vino pagando puntualmente a los bonistas, como era su deber, los intereses convenidos que, por tratarse de una emisión calificada por FITCH con el rango BB -, obligó a abonar intereses que han llegado a superar el 16% anual, cuando el tipo medio de los depósitos a plazo de los bancos era aproximadamente del 6-7 %, y los ahorros se remuneraban a unas tasas del 3 %. Entre papeles y bonos, Intur y la Corporación Delta Intur, han pagado a sus inversores mas de 1.000 (MIL) millones de pesos.

Hay que señalar que en esos casi tres años de puntual cumplimiento, nadie, ningún bonista, ni BDO, que tenía la obligación de velar por que las garantías no cayesen de valor por debajo del 125% del valor de la emisión en circulación, dijo nada. Nadie las cuestionó. Para todo el mundo eran más que suficientes, incluso se planteó y se está reclamando su liberación parcial al estar sobre garantizada la emisión. Pero en verano de 2012 se produjo el impago. Sobrevino el default. Y no porque Intur ni la Corporación Delta Intur, estuvieran en quiebra, que no lo están. Simplemente no tenían liquidez porque la crisis inmobiliaria mundial y en España en particular le privó de seguir contando con el apoyo que hasta ese momento le prestaba su matriz, Grupo Delta.

Y, entonces… ¿Qué pasó?

9). Pues que, tras las primeras conversaciones con el colectivo de bonistas para tratar de explicarles la situación y pedirles la empresa un poco de paciencia para ir tratando de conseguir el dinero necesario, llegando a proponer a lo largo de varios meses de conversaciones, más de 15 propuestas que podían haber ayudado a resolver la situación, algunos de los bonistas arrastran a la masa y  deciden que no, que lo que hay que hacer es pleitear y atacar a Delta Intur y a sus administradores para que saquen el dinero como sea, de donde sea. Lo que era y es misión imposible. La solución a este problema ha de venir por la vía de alcanzar acuerdos parciales, que vayan reduciendo y minimizando el problema, pero los representantes de los bonistas, erre que erre: o todo o nada. Y así nos va.

 Mientras estábamos negociando de buena fe con los bonistas, ellos utilizaron ese tiempo para armar sus tendenciosas campañas mediáticas y preparar esa falsa querella, en la que ahora basan su estrategia de confrontación para presionar a la empresa.

Pero, sin embargo, no ejecutan las garantías de que goza la emisión.

Es más, ni lo han intentado ni lo intentan.

¿No es extraño?

¿Es que acaso no quieren cobrar?

Y esta actitud. ¿Por qué?

Pues, a nuestro juicio, porque los abogados contratados aterrizan en el asunto con sus propios intereses, su cuota litis y algunos bonistas, por un incomprensible y visceral ánimo justiciero que ya es vengativo. Y, repito, sin siquiera intentar ejecutar las garantías hipotecarias, que serían sobradamente suficientes para liquidar sus bonos, deciden poner en marcha unas sucias y calumniosas campañas mediáticas en prensa y televisión, completamente injuriosas para crear, sin una sola prueba verdadera, una pésima imagen artificial de Delta, Intur o la Corporación Delta Intur, para, luego, falsamente, sostener que Intur y sus directivos,  han obrado mal y han distraído el dinero de los bonistas lo que, como le digo y es fácil de comprobar, es absolutamente falso. Radicalmente mentira. Una falacia y una sucia mentira. Pero no queda ahí la cosa, sus objetivos son otros.

 10). La estrategia de algunos bonistas y sus abogados es la confrontación interesada y no la conciliación. Por eso no quieren ejecutar las garantías que tienen porque, como digo y más adelante le descubriré, sus objetivos son otros, más ambiciosos. Ya no solo intentan cobrar lo que se les deba a los bonistas. No. Ahora quieren más. Y su estrategia la articulan de la siguiente manera:

 (i).     Presión mediática y manipulación informativa que desprestigie a las empresas y humille personal y humanamente a sus administradores aunque sean, como lo son, excelentes personas y honrados padres de familia, aunque les destrocen la vida. No les importa.

 (ii).    Interposición, aunque sea falsa y temeraria, de una querella en vía penal, para criminalizar el asunto, lo que meterá más presión a la empresa y a sus administradores, hasta que cedan y les entreguen lo que quieren.

 (iii)    Presión a las autoridades y a los jueces, para aumentar la intimidación a los administradores de Delta Intur. Y,

 (IV).  Algo que es imprescindible: ¡¡que nadie se mueva ni actúe por su cuenta!!. Lo que lleva a algunos de los representantes de los bonistas a mantener una actitud cuasi fascista, con el resto de los bonistas más débiles, a los que impiden cualquier arreglo particular con la empresa, como ya se les ha ofrecido a algunos. Les han llegado a amenazar con imposibles acciones legales contra ellos si rompen la formación. Muchos de los bonistas están asustados y secuestrados por estos representantes suyos, quienes les impiden que resuelvan su situación de manera particular.

Llegado este punto y para concluir, hay que explicar que Delta, mucho antes de comprar Intur y por supuesto mucho antes de emitir los bonos, a través de un grupo de filiales dominicanas, pagó al contado, desde 2006 hasta finales de 2007, más de 70 millones de dólares USA, con sus propios recursos y con financiación de bancos españoles, por la compra de un buen número de excelentes propiedades en el país:  6 solares en Cap Cana, sobre los que se han construído otras tantas villas, 2 solares en Juan Dolio, 12 solares en la Anacaona, y 600.000 m2 aproximadamente en la Avenida Duarte, además de un gran hotel.

 Estas compras y estas propiedades adquiridas y pagadas al contado, por valor hoy de más de 3.000 millones de pesos, son las que quieren expoliar los abogados de los bonistas y algunos de sus representantes, con sus querellas y manipulaciones.

 Si los jueces permitieran ese injusto expolio, el escándalo sería mayúsculo con repercusiones internacionales y con el consiguiente desprestigio y perjuicio para atraer a nuevas inversiones extranjeras. Que una empresa o un inversor extranjero, habiendo otorgado suficientes garantías hipotecarias en seguridad del pago de una emisión de bonos legal, tenga que sufrir, ante un impago, la persecución y el linchamiento mediático que está soportando la Corporación Delta Intur, además de una intimidación y extorsión  ante los juzgados en vía penal, para concluir que lo que realmente persiguen algunos de  sus acreedores y abogados es expoliar el patrimonio de  sus empresas participadas, aunque éstas no tengan nada que ver con el impago, eso sí que sería un auténtico delito que, aunque de momento sólo está en grado de tentativa, habrá de tener su adecuada respuesta judicial unida a la que corresponda por esas falsas acusaciones y denuncias.

 Queremos confiar en los tribunales de justicia, seguros de que no se dejarán manipular, por mucho que les presionen en los medios y utilicen para convencerles, torticeramente y sin escrúpulos las necesidades del grupo de bonistas más débiles o necesitados, a los que, repito: tienen literalmente secuestrados y atemorizados si se les ocurre hablar con la empresa para resolver sus casos. Aquí lo que cuenta es la verdad de los hechos. Las pruebas.  Y de estas no hay ninguna que pueda poner en duda la licitud de los hechos que estoy explicando.

Los bonistas más belicosos y sus abogados necesitan a esa masa de bonistas más débiles para sus objetivos. Y si no, mire lo que le digo. Los datos hablan por sí solos: 100 personas, que representan el 53 % de los bonistas, tienen el 10% de los bonos, unos 70 millones de pesos. El 75 % de los bonistas no representan ni el 25 % de la deuda. Y el 25% de los bonistas tienen más del 75% de la deuda. Pero son aquellos, los minoritarios, los mas débiles, los que con sus necesidades dan un tinte humano y comprensible a sus reclamaciones, generando simpatía popular por su causa y la humana solidaridad, incluso de los medios. Pero la realidad es que están siendo utilizados y manipulados por unos pocos, impidiendo que estos, los mas débiles, resuelvan sus bonos. Desde luego, la Corporación Delta Intur no ha podido resolver el problema de los 700 millones de pesos de toda la emisión, pero sí los 70 millones de los 100 bonistas mas pequeños, como ya propuso en su día y no le dejaron.

¿Qué noticia sería que a un grupo de 20 ó 30 inversores la Corporación Delta Intur les debiera 450 millones de pesos, garantizados hipotecariamente y por los que han estado cobrando hasta un 16% de intereses? ¿A quién le importaría esta noticia, salvo a los propios interesados?. Están utilizando descaradamente a los bonistas más débiles en beneficio propio. Y, si no: que les permitan llegar a arreglos con la empresa. De haberlo permitido, hoy más del 70 % de los bonistas, tendrían ya resuelto su problema. Pero no les dejan.  

Ni hay caso ni hay causa Delta Intur. Solo una burda y ruidosa manipulación de la verdad, pero ni una sola acusación verdadera en todo lo que dicen. Lo único cierto es que Delta Intur tiene una deuda con esos bonistas y la quiere pagar cuanto antes, pero algunos bonistas y sus abogados con sus intereses, su actitud y su ruido, lo único que hacen es espantar a los posibles compradores de algunos de los activos, con cuyo cobro resolver parcialmente la situación. Lo sabe muy bien alguno de los representantes de los bonistas que se ha ocupado personalmente de perjudicar y estropear, uno tras otro, negociaciones y acuerdos ya cerrados.

Señor Director, es de justicia que usted y su medio se hagan eco de cuanto les acabamos de explicar, aunque sea como un texto remitido por Intur, o en una carta al director pues, de lo contrario, respetando en cualquier caso su decisión de publicarlo o no,  estarían colaborando, tal vez sin saberlo hasta hoy y sin pretenderlo, a que unos intereses no tan nobles como aparentan y unas auténticas falsedades se pongan en pie de igualdad con la verdad, haciendo además un daño inmenso a una serie de personas normales que jamás se han visto en este trance, por un traspiés mercantil.

Y por supuesto, el objetivo, la voluntad y el deber de Intur y de Delta Intur es pagar esos bonos, como acaba de hacer recientemente con un grupo de bonistas, que ha roto la disciplina impuesta por los líderes de los bonistas, por un importe de unos 80 millones de pesos y como hará próximamente con otros inversores por más de 100 millones si cumplen su palabra, una vez superada la intimidación a la que les tienen sometidos.

En la confianza de que la búsqueda de la verdad sea el objetivo de su diario y agradeciéndole que publique si fuera posible, íntegramente cuanto le hemos descubierto, quedamos a su disposición, incluso personalmente, para ampliarle o aclararle cualquier extremo que, de todo lo anterior, considere conveniente. Yo creo que sus lectores merecen conocer la verdad o, como mínimo las dos opiniones de este asunto. Desde luego, si no nos publican nuestra opinión o no contrastan con nosotros la información que periódica y sistemáticamente se viene publicando tal cual  la transmiten los representantes de los bonistas, nos están condenando en parte a la indefensión y creemos que no es justo. Decida honradamente y con equidad.

Reciba, mientras tanto, un cordial saludo.

Corporación Delta Intur.

La Gerencia

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