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Desde muy corta edad, la actriz Delta Soto mostró sus dotes en la actuación, su amor y su pasión. Cuenta en entrevista con ¡Alegría! que entró muy joven a estudiar teatro en la Escuela de Bellas Artes y a partir de ahí, sus caracterizaciones en las tablas no cesaron.
“Yo hacía teatro desde pequeña. Estudié en la Escuela la Milagrosa y en ese centro me encargaba de hacer las veladas, como se les llamaba antes, por toda Villa Francisca; por las escaleras, los parques, las iglesias, por toda la zona”.
Más adelante, añade la artista, se traslada a la Unión Soviética para continuar en la rama de las artes escénicas en relación a la actuación, junto a su esposo el fenecido dramaturgo Rafael Villalona.
Cuando regresan al país fundan Teatro Independiente, primer grupo formalmente constituido en enero de 1969.
Ahí, dice -forjamos con nuestro gran amigo fallecido Ángel Haché, la actriz María Castillo y otros, una sala de 240 butacas con un escenario de 100 metros cuadrados, con sótano para compartir y ensayar”. Recuerda que hicieron ese lugar “con mucho anhelo”.
En la actualidad, la actriz de 79 años manifiesta que observa que todavía hay jóvenes que se dedican al teatro independiente y eso le llena de gran satisfacción.
“Ahora hay grupos que siguen esa forma que nosotros iniciamos, como el Grupo Guloya, el Teatro Las Máscaras, etc. Veo un gran movimiento teatral muy exótico e interesante”.
Afirma sentirse realizada como mujer y como artista por toda su trayectoria, y orgullosa del país por el talento que existe en las artes, en el cine, el teatro… “Son muchos directores, dramaturgos, músicos, bailarines, muy buenos”.
Entiende que la actuación es el mejor medio para transmitir cualquier mensaje positivo, entretenido e incluso para refrescar a la gente de lo que se vive en una sociedad que pueda identificar a los espectadores. Sin embargo, no le gusta el teatro panfletario, aquel que menciona temas políticos.
“Ese tiene su espacio. Nosotros como artistas tenemos la oportunidad de mejorar y dar a conocer algunos puntos de vista; siempre humano, al corazón y la razón”, indica.
Ley de Teatro. La actriz piensa que se debe exigir la Ley de Teatro para tener más apoyo de industrias públicas y privadas y del Estado. También desea que se exija más espacios para actuar.
Aunque entiende que “existen salas de manera independiente que mantienen una cartelera envidiable”, opina que no es suficiente.
Y a los que están iniciando en el teatro les dice que “deben continuar copiando el ejemplo de verdaderas columnas, como doña Monina Solá, Lucía Castillo, Salvador Pérez Martínez y otros”, porque la juventud se debe aprovechar.
Narra que en los años que estuvo en el Centro Cultural de Santiago con Margarita Luna y su esposo Villalona, pudo traer a ese lugar artístico a muchas personas de todas partes de Latinoamérica y España con las que pudo compartir. Aprendió tanto con talleres como con exposiciones, muestras de títeres, pantomimas y más, que desea con grandes fuerzas que los jóvenes que siguen el camino del arte, indaguen, busquen, aprendan y lo exhiban en cada obra a caracterizar.
“Cuando nosotros llegamos al país solo estaba Bellas Artes y logramos hacer teatro en las iglesias, en los bomberos, en logias masónicas. Es decir, que se puede hacer teatro en todas partes. No se limiten”.
Luego de unos largos años fuera de las tablas, la primerísima actriz fue invitada para regresar de la mano de Waddys Jáquez para interpretar a ‘Sandunga’, uno de sus personajes de la pieza musical “El camaleón, cabaret y circo”, que se está exhibiendo en el 3er. nivel de Ágora Mall hasta finales del presente mes de octubre.
“Qué bueno que me contactó Waddys, sé que él es muy exigente. Mi vuelta al teatro significa para mí volver a vivir. Me siento bien con el personaje”, acota.
