La demanda de asistencia de mujeres víctimas de violencia intrafamiliar por parte de su pareja y que se encuentran en situación de riesgo grave, desborda la capacidad de las Casas de Acogida que hay en el país para protegerlas a ellas y sus hijos, reveló la procuradora general para Asuntos de la Mujer, Roxanna Reyes.
Alertó sobre el alto porcentaje de “violencia invisibilizada” en el noviazgo; los feminicidios que se producen luego de que la mujer retira una denuncia, o por el silencio de víctimas, familiares y otras personas de su entorno.
En entrevista para Hoy, la procuradora adjunta afirmó que, sin lugar a duda, para mejorar los mecanismos de respuesta a ese delito, el Estado Dominicano tiene que fortalecer la actuación coordinada interinstitucional, a fin de que cada uno de los actores, entre los que se incluyen los ministerios de la Mujer, Salud Pública , Educación y Cultura, cumplan con el rol que a cada uno corresponde.
Casas de Acogida. En la actualidad solo hay tres, incluida una de emergencia. Las mismas funcionan bajo la tutela del Ministerio de la Mujer, y las víctimas son referidas allí por el Ministerio Público.
La magistrada Reyes explicó que el albergue de emergencia tiene capacidad para acoger entre 20 y 25 mujeres con sus hijos menores de 14 años, por un período de 15 días.
Cada una de las otras dos pueden acoger entre 35 ó 45 usuarias con sus hijos menores de 14 años por un período de 90 días, mientras su agresor es capturado.
“Ambos modelos están funcionando bastante bien, pero necesitamos más, porque la demanda es mucho más que la capacidad que tenemos; hay que fortalecer los mecanismos de mejorar la respuesta ante el delito, pero también todo el entramado interinstitucional, pues el feminicido es la punta del iceberg”, dijo Reyes.
Violencia invisibilizada. Es otro gran problema, afirmó la procuradora para Asuntos de la Mujer.
Dijo que este tipo de violencia “se da en el noviazgo entre adolescentes, hay un porcentaje muy alto, y si no se trabaja a tiempo, se va haciendo cada vez más grande y explota cuando la persona ya es adulta.
Indicó que normalmente las adolescentes son menores de 18 años y muchas de ellas, como las que salen embarazadas, son víctimas de violencia porque el padre de la criatura le lleva casi siempre más de 10 años.
“Las y los adolescentes tienen que aprender a identificar las señales de maltrato, que es un gran problema; las mujeres no denuncian porque no se reconocen como víctimas, normalizan el maltrato, justifican al agresor; ahí hay una cultura que normaliza el maltrato y no pasa nada, y lo peor es que se pasa de una generación a otra”, subrayó.
Estadísticas hablan. La magistrada Reyes refirió que en el 80% de los casos de feminicidios registrados en el país, las víctimas no denunciaron ante ninguna autoridad a su agresor.
“En el 20% restante la víctima puso la querella, luego la retiró, se le desapareció al Ministerio Público, se arregló a escondida nuestra con su agresor o se mudó a otro lugar, y posteriormente nos enteramos de su muerte en los medios de comunicación”, dijo.
Más de 50,000 salvadas. Informó que solo en dos años de operación que tiene el Sistema 9-1-1, más de 50,000 mujeres del Gran Santo Domingo, junto con sus descendientes, han sido puestas a salvo de hombres agresores.
Eso, porque la ciudadanía ya tiene una herramienta para denunciar sin comprometer su identidad, cuando donde vive o cerca de allí están maltratando a una mujer, resaltó la procuradora adjunta.
MP cumple su rol. Indicó que generalmente la ciudadanía quiere respuestas fáciles para un problema que como ese “es complicado, de múltiples causas” y que por tanto demanda la intervención y respuesta de múltiples actores.
Recordó que en esa cadena, además de las instituciones antes citadas, están el sistema de justicia penal que incluye al Ministerio Público; los forenses y la Policía, pero como actores reactivos.
“Es decir, que nosotros intervenimos cuando el problema pasa: que la mujer va a denunciar porque la agredieron o la pueden agredir, intentan matarla o, desafortunadamente, cuando pierde la vida en una violencia extrema”.