Navarrete, Santiago.- A pesar de las protestas que han dejado cinco personas muertas en los últimos años en demanda de la reconstrucción de la carretera La Lomota, y otras reivindicaciones sociales, los moradores de estas comunidades aún reclaman que  el Gobierno vaya en su auxilio.

Debido al mal estado de unos doce kilómetros de esta carretera son afectadas las comunidades de El Lilial, Los Brazos, El Puente, Villa Nueva, Loma de Cabrera, entre otras, cuyos residentes también piden construcción de escuelas, caminos vecinales, agua potable y electricidad.

El Frente Amplio de Lucha Popular (FALPO), y otros grupos  populares y comunitarios de Navarrete han exigido permanentemente con diferentes jornadas de protestas el asfaltado de las calles y la mejora de los servicios públicos.

Quienes residen en esta zona se quejan de que las autoridades solo frecuentan sus pueblos en tiempos de elecciones, sin embargo, dicen que al finalizar el proceso sus necesidades se quedan en simples promesas.

 “Nosotros le pedimos a las autoridades que vengan a ayudarnos de una vez y por todas, ya que estamos cansados de hacer protestas, y además ya no queremos más muertos por las protestas”, sostuvo la ama de casa Froila Cabrera.

Cabrera, quien abandonó el pueblo hace poco tiempo debido a las condiciones deplorables de sus carreteras y servicios básicos como el de agua potable y energía eléctrica, dijo que lo visita constantemente porque dejó allí a parientes y amigos.

“No queremos que en las próximas elecciones vengan a decirnos que van a reconstruir la carretera. Nosotros queremos que sea ahora que se produzca su reparación”, afirmó.

Bethania Peña Dilas, también oriunda de esta zona, sostuvo que da pena y vergüenza que al gobierno haya que hacerle protestas y que haya muertos para que cumpla con sus obligaciones.

“Las autoridades saben que ese es su compromiso, pero de los pobres no hay quien se conduela”, señaló la ama de casa.

Los moradores de las distintas comunidades de La Lomota dijeron que el mal estado de su carretera a causado decenas de accidentes, mientras la polvareda afecta a las familias que viven a su alrededor.

Llos choferes se quejan del mal estado de las calles y afirman que sus vehículos se destruyen rápidamente.