Demasiada violencia para un país tan pequeño

Demasiada violencia para un país tan pequeño

Algo que es muy importante resolver en nuestro país es la violencia que se está sufriendo, solo así podrá haber un verdadero crecimiento social y una medida para lograrlo es con el reforzamiento de la seguridad ciudadana. Ningún país puede sentirse satisfecho del crecimiento que pueda haber alcanzado si no es capaz de resolver, con leyes adecuadas y medidas generales, que su población disfrute de sus esfuerzos sin el peligro de un asalto, violencia que hoy pulula en nuestras calles. La falta de acciones pertinentes o equívocos esfuerzos han enfermado a la sociedad, y como resultado parte de la juventud está educándose en temas de violencia que se replican aceleradamente despertándose el apetito voraz de alcanzar ventajas sin esfuerzos laborales, mientras la parte decente de esta sociedad se esfuerza en sobrevivir trabajado.
En el primer semestre enero –junio del 2018, última información asequible, se perdieron 2,147 vidas en el país víctimas del crimen, lo que significó 5.5 vidas diariamente. El Observatorio de Seguridad Ciudadana reporta que desde el mes de enero a marzo del 2018 hubo por violencia de género 2,905 víctimas, por delitos sexuales 1,518 y por violencia intrafamiliar 14,772.Obsérvese que alarmante cifra es ésta última, -donde comienza la vida se halla la mayor inseguridad-. El problema empieza en la educación del hogar, no hablo de educación escolar, también se educa forzando a los padres a que cumplan con el deber que les corresponde, usualmente la parte de la sociedad que no juega su papel es la que más reclama derechos, por los que muchas veces no han trabajado.
Como se observa, la violencia de género se hace más evidente cada día. Según la Procuraduría General de la República en ese primer semestre del 2018, de 325 homicidios el 9% eran mujeres (29), el 11% heridas con armas de fuego y otro 11% con armas blancas. Si no se respeta a quien da la vida por lo que no se puede esperar respeto alguno.
La conducta disruptiva de una parte de la sociedad, que por sus desordenes se hace sentir más que aquella de los que verdaderamente aportan, provoca un “ruido” que molesta al buen funcionamiento social y económico del país, por lo que resulta necesario educar a todos, guste o no, porque el “ruido” que se genera se escucha en otras tierras que por lo que entonces califican al país como peligroso o no confiable. Considero que las instituciones, todas, deben trabajar aunando sus tareas con el objetivo de que la violencia sea erradicada en todas sus manifestaciones y para lograrlo hay que programar y exigir que todas las partes delimiten sus acciones al respecto y las cumplan sin paternalismo alguno, pues hasta ahora de nada ha servido esta actitud y lo que sí se ha logrado es afectar a toda la sociedad y enfermarla hasta el punto que muchos jóvenes, el futuro del país, desea salir para otros países que consideran más seguros y con más perspectivas.

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