Demasiados días sin trabajar

Demasiados días sin trabajar

Los dominicanos tenemos como tarea pendiente el cogerle amor al trabajo. Cada año, aparte de la retahíla de fechas festivas, siempre surgen excusas para aumentar el número de días no laborables. La última ha sido la celebración de las elecciones del domingo, para lo cual la nación ha tenido casi tres días alejada del trabajo.

No hay mes del año que no tenga alguna fecha no laborable y ahora que hay fiestas movibles el asunto es peor, pues cuando se forma un fin de semana de tres días mucha gente deja el trabajo medio día antes, para que el asueto rinda.

Desde los días de La Altagracia y de Duarte, en enero, hasta la Navidad, en diciembre, nos pasamos el año entero robándole días al trabajo. Si se suman, sin contar los “puentes”, hay casi quince días, o medio mes, de fechas no laborables, Agréguele dos semanas de vacaciones, el tiempo perdido por las huelgas de choferes, los apagones y los aguaceros, y fácilmente se da uno cuenta que de los doce meses del año apenas trabajamos poco más de diez meses.  Esa vagancia colectiva nos resta competitividad internacionalmente, encarece el real costo de la mano de obra, reduce fatalmente la productividad y peor que todo ello, va modelando colectivamente un carácter proclive a la molicie, pleiteado con el amor al trabajo.

En países con democracias mucho mejores que la nuestra, votar es una cuestión que no requiere tanto acomodo. Los días de elecciones son laborables. Los patronos favorecen a sus empleados con una o dos horas para que voten y no hace falta paralizar al país entero con la consecuente pérdida de generación de riqueza.

Con la experiencia que hemos acumulado tras más de cuatro décadas votando, hacerlo ya no es tan traumático como algunos políticos, especialmente los que pierden, quieren hacer creer. La inmensa mayoría de personas que votaron el domingo lo hicieron ejemplarmente, en paz y en pocos minutos, sin filas ni molotes. A mi me parece que declarar esos días no laborables complica en vez de ayudar, pues tanto vago bebiendo es fuente de conflictos.  La JCE debería aprovechar el tiempo antes de las próximas elecciones para facilitar que quienes se hayan mudado puedan cambiar su centro de votación, que es una de las excusas para hacer no laborable el día de la elección.

Publicaciones Relacionadas