Deseo agradecer desde el hondón de mi corazón a la directiva del Club de Leones, Santo Domingo-El Millón, Inc., el honor de invitarme a ofrecerles una conferencia sobre las demencias, también por la hermosa placa de reconocimiento que recibí de ellos y ser obsequiado además con un exquisito tinto que disfruté el Día de los Padres con un genuino bife de chorizo argentino, no era la carne de res wasyu (la más cara del mundo) pero me deleité grandemente estrenando mi nuevo BBQ y el aromado Malbec. Hay una forma de demencia que se presenta en personas menores de 60 años, siendo la forma más común de demencia en esta edad, la llamada Demencia Fronto/temporal. A diferencia del Alzheimer no provoca gran deterioro de la memoria, sino que sus manifestaciones más comunes son conductuales, lingüísticas y de socialización. Veamos la historia del paciente, Juan B. -nombre supuesto-, en razón de que la confidencialidad es parte vital del acto médico.
La esposa y la hija de Juan B. (cincuentón) lo llevan a mi consultorio porque han notado cambios importantes de su estado de ánimo: está demasiado gruñón, afasias episódicas, predominio nominal (olvida con frecuencia los nombres de cosas y personas) con repetidos eventos de violencia intrafamiliar. Se aísla por momentos, llanto espontáneo, han acrecentado de manera alarmante los olvidos de objetos guardados y los compromisos sociales, desorientaciones momentáneas, al manejar tiene episódicas “ausencias” y tartamudez. Ha tenido varios episodios de violencia callejera al manejar, choca su vehículo con frecuencia, ha disminuido de peso notoriamente, igual disminuida su capacidad motora y algo que nunca había ocurrido, ha tenido ausencias laborales, agregada la opinión de compañeros cercanos de que su desempeño laboral se ha tornado ineficiente. Con la agravante de que acciones tales como su aseo personal, conciliar sus cuentas, sus quehaceres labores y sociales, se han hecho erráticos. Aparecen episodios paranoicos de infidelidad, persecución, de que le roban, etc.
Al examen físico, un importante enlentecimiento de sus funciones cognitivas superiores: memoria, cálculo, orientación, etc. Diversos son los diagnósticos diferenciales, que van desde diabetes, derrames, depresiones, hasta trastornos neuropsiquiátricos. Realizamos una resonancia magnética espectroscópica, que nos confirma nuestra presunción diagnóstica, se trata de una forma de demencia Fronto-temporal; en la investigación aparece una marcada atrofia del territorio fronto-temporal con alteraciones de los metabolitos neuronales en las áreas que corresponden a lo que sería la parte antero-lateral del cerebro, habiendo en su caso predominio del daño en el hemisferio izquierdo.
Sabemos que el lóbulo frontal es la parte de nuestro cerebro que tiene que ver de manera protagónica con nuestras conductas como humanos y con la socialización. Cuando hay lesiones que alteran su funcionamiento, se produce lo que se conoce como ¨frontalización¨; el paciente tiene conductas bizarras que muchas veces rayan en transgresiones a la ley, se pierde el ¨autocontrol¨, el daño en dicho territorio induce a convertir el paciente en alguien sin responsabilidad social, se tornan ¨sinvergüenzas¨, sin el ¨insight¨ que llaman los ingleses, sería como perder la ¨conciencia¨ de las correctas acciones sociales, secundarias a lo aprendido culturalmente en nuestro entorno social.
Hay dos proteínas que participan de este daño al territorio cerebral mencionado, una es la proteína Tau, la cual también aumenta en el Alzheimer, se dañan las estructuras proteicas, el “cemento” que mantiene sano el armazón neuronal. La segunda, de descubrimiento más reciente, es la TDP/43, pero de esta todavía no sabemos los detalles de cómo realmente realiza el daño a las células neuronales de nuestros cerebros. Esta agresiva demencia es de muy mal pronóstico, se aducen como generadores de la misma a elementos tóxicos: alcohol, drogas, metales, polución, traumas y hasta pequeños infartos cerebrales, pero no tenemos una causa válida en su producción. Esta demencia Fronto/temporal se presenta en personas en edad productiva, más jóvenes que en el Alzheimer. Entidad que deteriora las funciones lingüísticas con más rapidez, pero tiene la tendencia a preservar medianamente la memoria por más tiempo. Es un enfermo mental, está demenciado y su inconducta muy bien merece la indulgencia de la “neuropenalidad”. Conversaremos sobre ésta en un próximo “conversatorio”, ¡muy feliz día!