Demencias por infartos

Demencias por infartos

Con el auspicio de la Fundación de Estudios Hematológicos, Inc., se realizó  en el país el primer Simposio del Caribe en Trombosis y Homeostasis con el respaldo de la Clínica Mayo. El evento científico de muy altos quilates contó con la participación de siete países del Caribe y de Estados Unidos, fue en verdad un rotundo éxito.

Con la presidencia del dinámico hematólogo, Dr. Francisco Goico Morales, presidente de la Fundación auspiciadora, siendo dedicado el evento al respetado profesor de hematología, el Dr. Nelson Manón Caolo. Tuvimos el honor de dictar dos conferencias, durante el congreso internacional, tratamos lo concerniente a los derrames cerebrales (ACV) y sobre las demencias por infartos,  de lo que hoy “conversamos”  con ustedes.

Iniciamos nuestra plática, frente a importantes profesores de prestancia mundial, tales como los amigos doctores Altman y Nicholis, editores de las revistas de hematología más prestantes del mundo médico. En los años iniciales del siglo XXI, con una población mundial mucho más envejecida, la epidemiología ha demostrado que la demencia no está necesariamente ligada al envejecimiento, aunque sí está  relacionada con la edad. En otras palabras, se puede envejecer sin demenciarse, pero las enfermedades que producen demencia se instauran o, cuando menos, se expresan clínicamente sobre cerebros viejos.

A principio de los 90 uno de los más prominentes neurólogos de la actualidad, el profesor Vladimir Hachinski, buen amigo de los neurocientistas dominicanos, quien nos ha visitado varias veces, la última en el Congreso Panamericano del año pasado, sostiene la teoría de que debía usarse el término “Deterioro Cognitivo Vascular”, en razón de que el término Demencia Vascular era ambiguo y no se ajustaba a la realidad clínica. Señalaba en la primera publicación sobre el tema, en la prestigiosa revista Neurology (43, 1993) “no existe tal cosa como la demencia vascular… existen causas vasculares de daño cerebral y deterioro cognitivo cuyas manifestaciones clínicas variarán en función de la localización, extensión, tipo y momento de aparición de las lesiones cerebrales”.

Hemos mencionado el término deterioro cognitivo, pues en verdad se trata de una entidad heterogénea en su etiología que define un estado de transición entre el envejecimiento normal y la demencia. Nos comprometemos a ampliar el concepto la próxima semana. A pesar de que hoy se identifica ese deterioro con  las fases iniciales de la enfermedad de Alzheimer. La asociación entre deterioro cognitivo, demencia y factores de riesgo vascular está ya sólidamente establecida.

La diabetes, la fibrilación auricular (trastorno del ritmo cardíaco), la hiperhomocistinemia (aminoácido tóxico derivado de la degradación de las proteínas), el tabaquismo, el alcoholismo, falta de ejercicios, grasas en sangre, la arteriopatía periférica y otros marcadores de arteriosclerosis se asocian  significativamente a ese deterioro mental. Pero el efecto negativo mejor conocido es el de la hipertensión arterial, es esta condición no bien tratada por cierto período de tiempo la que se considera ser la causa principal de los casos de demencia vascular. En muchos casos, penosamente en la mayor parte, el efecto puede estar mediado por la instauración de uno o más accidentes vasculares en el cerebro, los temidos “derrames”, que en ocasiones son infartos o hemorragias silentes, afectando en estos casos las áreas frontales o hipocámpicas.

La relación de esta demencia con la de tipo Alzheimer es muy estrecha, hay investigadores que plantean que son sinérgicas, en cambio otros, entre los que me incluyo, simpatizamos en darle a la enfermedad del médico alemán un importante componente vascular. Es decir que si usted empieza con negligencias mentales, dificultad para nombrar las personas y las cosas, con episodios momentáneos de desorientación, olvidos episódicos, discalculias, alteraciones frecuentes del equilibrio, cambios bruscos de humor, etc., es preferible la prevención y que su médico inteligentemente evalúe estos factores predisponentes, con valoración vascular completa y Resonancia Magnética Espectroscóspica. Se inicia al paciente en medicamentos tales como los antiagregantes plaquetarios, rivastigmina, memantina, y el muy efectivo Nootropil, para ayudar a mejorar el intelecto, la importante cognición  cerebral.

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