Demetrio Rodríguez un héroe de romance

Demetrio Rodríguez un héroe de romance

Demetrio Rodríguez era nativo de la sección de Las Aguas, jurisdicción de Guayubín. Su Padre Bernardo Rodríguez era un rico de verdad. A su hijo lo mandó a estudiar a Alemania. Pero a Demetrio le gustaban los bailes, las jaranas, los gallos, los garitos y las faldas de las blancas, las morenas y las trigueñas.

Lilís que tenía ojos clínicos para detectar a los hombres de pelos en pecho. Lo sonsacó para incorporarlo en su Estado Mayor. En julio de 1899 en su último viaje, para visitar a Sánchez, La Vega, Moca, Santiago y Puerto Plata, Demetrio fue escogido como acompañante: pero la tarde del trágico 26 de julio en Moca, Lilís lo dejó en las afueras de la Ciudad del Viaducto y fue solo a encontrarse con la muerte cara a cara.

Se asegura que el padre de Demetrio para apartarlo de las luchas intestinas, le ofreció darle en onzas peluconas de oro, lo que su cuerpo pesara en una balanza. Con tal que se apartara del peligro de las balas. Demetrio no aceptó la paternal oferta y se convirtió en un guerrillero sagaz, valeroso, noble, desprendido, campechano y dadivoso.

Demetrio fue realmente lo que Joaquín Balaguer utilizó como título en una charla que pronunció en el 1957 en la Universidad de Santo Domingo “Un Héroe de Romance”.

Hubo mucho de que hablar, ya que en el año de 1902, en el Puente de Guayubín, con un grupo de guerrilleros linieros, Demetrio masacró a considerables soldados gubernamentales mandados por los generales Rafael Abreu y Amadeo Tavárez.

Más hacia adelante en el Este, entre San Pedro de Macorís y San José de Los Llanos, Demetrio se creció en coraje y enfrentó las tropas del gobierno, bajo el mando del Ministro de la Guerra general Eliseo Cabrera. Famosas son las cartas que se cruzaron entre Demetrio y Cabrera antes del combate de Los Montones. En la última misiva Demetrio le decía a Eliseo Cabrera: “Amigo y compañero ya no hay tiempo para salvarte. Ya la vanguardia de mis tropas está en marcha. Y la manda Neney Cepín valor que no conoce obstáculos”. El general Cabrera recibió graves heridas y a consecuencias de ellas falleció. Demetrio siguió peleando contra superiores fuerzas y por causa de ello, tuvo que emprender la retirada hacia Montecristy. Su marcha fue un prodigio de estrategia y de valor. Su ruta fue la de Los Llanos, Bayaguana y Cotuí, en cuyas cercanías intentó interceptarlo el general Antonio (Toño) Catalán que fue arrollado por esa columna invencible. Las armas de Toño Catalán con todos sus proyectiles pasaron a manos de los hombres de Demetrio. Siguieron camino de Montecristy. De La Vega salieron fuerzas que resultaron, deshechas. La marcha fue proseguida por San José de Las Matas y llegaron a sus lares de Las Aguas. Para reemplazar al difunto Eliseo Cabrera como Ministro  de la Guerra, designado fue su hermano Raúl Cabrera, que en Esperanza se enfrentó a Demetrio y le tocó la misma suerte de Eliseo, cayendo también en la pelea.

Para el bravo de Las Aguas llegó el final, y el día 3 de enero de 1906, en el llamado “Puente de la Guinea” cerca de Puerto Plata, una bala mató a Demetrio.

Uno de sus fieles guerrilleros, que Candelario Jiménez se llamaba, lo levantó del suelo, lo cruzó sobre el lomo de su caballo y se encaminó hacia Las Aguas de Guayubín, para llevárselo a su padre Bernardo Rodríguez.

La musa popular le dedicó al difunto una estrofa: “Perdió La Línea un tesoro, la República una espada, murió Demetrio Rodríguez, quedó la Patria enlutada”.

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