Democracia entre comillas y al garete

Democracia entre comillas y al garete

Cuando Juan Bosch, fundador del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), se adentraba en escribir, en la playa de Benidorm, España, su tesis: “Dictadura con Respaldo Popular”, denunciaba las debilidades de lo que denominó “la mentada democracia representativa”.
El profesor sostiene que “la Dictadura con Respaldo Popular no será la llamada democracia representativa, sistema político propio de la sociedad burguesa, que ha venido fracasando en la América Latina durante más de siglo y medio”.
Agrega Bosch en la obra citada: “No lo será, porque la democracia representativa, en el mejor de los casos, no puede garantizar trabajo, salud y cultura para todo el mundo; no puede garantizar su verdadera igualdad, dado que se trata de un sistema político y social fundamentalmente injusto, que se organiza y se sostiene sobre el principio de que hay hombres con derecho a explotar a otros y los hay con el deber de dejarse explotar”.
Así pensaba don Juan Bosch, luego de ser víctima de un cruento golpe de Estado que cercenó el intento democrático dominicano de 1963.
Hoy los “discípulos” de Juan Bosch mantienen por cerca de 20 años un dominio absoluto de todos los poderes del Estado en una democracia simulada y secuestrada, donde predominan las decisiones del Comité Político del PLD, manejado por 35 hombres que inciden sobre el aparato judicial, el Poder Legislativo, el Sistema Electoral, en fin, en todos los estamentos gubernamentales, controlados por el Poder Ejecutivo, dirigido por el presidente Danilo Medina, y las directrices de la cúpula del partido morado.
Es, verdaderamente, lo que se llama una democracia simulada, secuestrada y al garete, donde todo se maneja por un grupo, enquistado en el poder del Estado. Realmente esto no es democracia.

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