Democracia y sistema de partidos depende del PLD

Democracia y sistema de partidos depende del PLD

El PLD es el partido más exitoso en la historia del país, logró por vez primera el Poder Ejecutivo en 1996, volvió al poder en 2004 y ha ganado seis elecciones consecutivas, entre presidenciales y congresuales; desde 2006 domina el Congreso y por vía de consecuencia el Consejo Nacional de la Magistratura que le permite seleccionar los jueces de la SCJ y las altas cortes; sin embargo esa organización confronta una crisis interna, una virtual confrontación entre los dos grandes líderes del partido que podría desembocar en una crisis política, en una crisis del sistema de partidos y en el mismo sistema democrático.
A lo largo de ese periodo descrito hemos visto, como fruto de divisiones sucesivas, el PRSC se ha convertido en un partido minoritario con vocación de seguir reduciéndose, el PRD de su ultima división surgió el PRM y hoy el PRD transita el mismo camino que el PRSC. Así las cosas solo permanecen como grandes agrupaciones políticas, con posibilidades electorales, el PLD y el PRM. No hay a la vista una tercera alternativa.
El PLD cuando era un partido de cuadros sufrió divisiones y salidas o expulsiones de dirigentes, aun así creció de manera sostenida y una coyuntura política, el apoyo del Dr. Balaguer en 1996 para cerrarle el paso al Dr. Peña Gómez, le permitió llegar al poder y comenzar el camino de la masificación y la pérdida de la mística y los valores primigenios.
En los últimos años el PLD en el poder ha afrontado dos momentos difíciles: la salida del Lic. Danilo Medina del gobierno en 2007 y su presentación en la contienda interna enfrentando al presidente Fernández. “El Estado me venció”, pareció el inicio de una división, sin embargo el sector de Danilo Medina se integró a la campaña y el PLD ganó los comicios de 2008. El otro momento difícil se produjo en 2015, cuando el Comité Político dio luz verde a la modificación constitucional para dar paso a la reelección, que por cierto la apoyaba la mayoría de los ciudadanos y los poderes facticos; la sangre no llegó al rio y ambos sectores signaron un acuerdo de 15 puntos incluyendo el “candado” para evitar una segunda modificación.
En la actualidad estamos en presencia de un escenario parecido al de 2015, aunque con el rechazo, de acuerdo a las encuestas de las mayorías a una nueva reforma constitucional para dar paso a la reelección, y el expresidente Leonel Fernández, recuperado en los niveles de simpatías, recorriendo el país y asegurando de que no habrá retroceso en sus aspiraciones.
En el PLD hay tres posibles escenarios: El presidente Medina hace respetar los acuerdos y se convierte en árbitro imparcial de las primarias abiertas entre todos los precandidatos y apoya al candidato que resulte ganador. En un segundo escenario el presidente Medina endosa la precandidatura de uno de sus delfines, parece el menos factible, o el Presidente da luz verde a sus legisladores para que introduzcan la Ley de convocatoria a la modificación y se inicie el proceso hacia la reforma constitucional.
Ese último escenario provocaría la división del partido, tendría un gran costo político para el PLD e incluso para el PRM, ya que para lograr los votos necesarios se necesitarían los de muchos diputados del principal partido de oposición, lo cual provocaría la primera crisis de ese joven partido, porque esos votos de seguro saldrían del sector de Hipólito Mejía que ha demostrado ser un aliado eficaz del oficialismo.
Por el bien de la democracia, la institucionalidad, la preservación del crecimiento con estabilidad y la continuidad de dos obras extraordinarias de gobierno que han transformado el país, debe producirse un gran acuerdo entre el presidente Danilo Medina, el Dr. Leonel Fernández y los demás precandidatos que garantice el triunfo en 2020, lo contrario, el choque de trenes y la división augura una crisis política, ingobernabilidad y la pérdida del poder.

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