WASHINGTON (AFP).- Las críticas demócratas contra el gobierno de George W. Bush, en las que fustigan su incompetencia en la respuesta a la devastación causada por el huracán Katrina en el sur de Estados Unidos, arrecian, y los republicanos intentan contrarrestarlas multiplicando iniciativas legislativas.

Múltiples problemas de funcionamiento, personal incompetente, política fiscal y presupuestaria imprudente, peligroso desprecio por el medio ambiente… los demócratas multiplican las críticas desde el comienzo de la sesión del Congreso el martes, y tratan por todos los medios de sacar partido de una crisis que cuestiona a la administración Bush, no solamente por su tardía reacción a la tragedia, según ellos, sino también por la política implantada en los últimos cuatro años.

En nombre de las necesidades creadas por Katrina, este miércoles solicitaron inclusive revisar el presupuesto presentado por la mayoría republicana, que según ellos podría aumentar el déficit en 35.000 millones de dólares, al acordar reducciones de impuestos, aunque reduce los fondos para servicios sociales.

La ex primera dama y actual senadora de Nueva York Hillary Clinton, no ahorra críticas. «Es hora de que este gobierno muestre que puede ser competente», declaró en la mañana del miércoles, durante su tour por las cadenas de televisión, para exponer las carencias de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA).

«Si usted es incompetente, aparentemente hay trabajo para usted», lanzó Clinton, frecuentemente aludida como potencial candidata a la presidencia, al reclamar una comisión investigadora independiente sobre la respuesta al huracán, ya que «ni el presidente ni el Congreso pueden realizar el tipo de investigación objetiva e independiente que se necesita».

Aparentemente a la defensiva, en momentos en que la popularidad del presidente está en su cota más baja, la Casa Blanca argumenta que las autoridades federales no pueden ser exclusivamente responsabilizadas por los problemas actuales.

«Es muy importante comprender las relaciones entre las autoridades federales, los Estados y las comunidades locales durante una gran catástrofe», declaró el martes el presidente Bush.

El encolerizado alcalde de Nueva Orleans Ray Nagin es demócrata, al igual que la gobernadora de Luisiana Kathleen Blanco.

En realidad, un cuarto de los estadounidenses (25%) critica a las autoridades de Luisiana por el caos en Nueva Orleans, mientras que 18% responsabiliza a las agencias federales y 13% a Bush, según un sondeo publicado este miércoles en el cotidiano USA Today.

Sin embargo Bush también es criticado: 42% de los estadounidenses considera «malo» o «muy malo» su desempeño en relación al huracán, contra 35% que está conforme con la reacción presidencial.

Para minimizar su imagen negativa en la prensa, a un año de las legislativas de medio mandato, los republicanos multiplican sus iniciativas en el Congreso.

Los congresistas se preparan para firmar, probablemente esta semana, una partida adicional de 51.800 millones de dólares propuesta este miércoles por Bush para las operaciones de ayuda y reconstrucción, luego de otra de 10.500 millones de dólares adoptada la semana pasada.

Además el Senado votó el martes un proyecto que permite a la Justicia funcionar en el sur a pesar del caos reinante en la región azotada por Katrina, mientras que la cámara baja se disponía a aprobar este miércoles otro proyecto para los estudiantes becarios.