Demócratas insiste Bush engañó al país con la guerra de Irak

Demócratas insiste Bush engañó al país con la guerra de Irak

Washington.- Legisladores del Partido Demócrata han arreciado su campaña para que se investiguen denuncias de que el presidente de EEUU, George W. Bush, engañó al país acerca de las razones para hacer la guerra a Irak.

Esa campaña adquirió forma al difundirse en EEUU un documento británico, conocido como «el memorándum de Downing Street» que, en julio de 2002, reveló la intención de Bush de lanzar una intervención militar para derrocar al entonces presidente de Irak, Sadam Husein.

Según ese documento, el jefe del espionaje británico, Sir Richard Dearlove, informó al primer ministro, Tony Blair, de que la guerra era «inevitable» porque «Bush quiere sacar a Sadam Husein mediante una acción militar» y «la información de inteligencia y los hechos se están adecuando con ese objetivo».

El memorándum indicó que el ministro de Exteriores británico, Jack Straw, había dicho que las razones para la guerra eran «débiles» porque «Sadam no amenaza a sus vecinos y su capacidad para fabricar armas de destrucción masiva es menor que la de Libia, Corea del Norte o Irán».

Estados Unidos y Gran Bretaña encabezaron en marzo de 2003 la intervención militar en Irak para derrocar a Husein, a cuyo régimen acusaron de desarrollar esos arsenales y amenazar a sus vecinos. Las armas de destrucción masiva nunca fueron encontradas.

El memorándum fue difundido a comienzos del mes pasado por el diario londinense «The Times» y esta semana la revista estadounidense Newsweek dijo que funcionarios británicos confirmaron que en 2002 el programa nuclear iraquí estaba congelado y que no había pruebas de una promoción del terrorismo por parte de ese país.

«Si estas revelaciones son exactas…comprueban que se fue a la guerra bajo premisas falsas», señaló el jueves el legislador de los demócratas John Conyers, durante un foro organizado por congresistas de su partido y miembros del Comité de Asuntos Judiciales de la Cámara de Representantes.

En el foro también participó el ex embajador estadounidense en Irak Joseph Wilson, quien aseveró que «es cada vez más claro que la información de inteligencia y los hechos, en efecto, se estaban adecuando a esta política (de iniciar el conflicto) y que enviamos a nuestras tropas a la guerra bajo premisas dudosas».

En 2003, Wilson publicó una nota de opinión en la que criticó afirmaciones del gobierno de Bush en el sentido de que el régimen de Sadam Husein había tratado de comprar uranio en Níger.

En lo que Wilson calificó como una represalia, otro comentario publicado en la página editorial de un diario de Washington reveló que su esposa era una agente del servicio de espionaje estadounidense (CIA), según fuentes del Gobierno.

«Creo que el memo de Downing Street demuestra que nuestros gobernantes traicionaron a muchos inocentes para llevarlos anticipadamente a la tumba», afirmó en el foro Cindy Sheehan, cuyo hijo murió en combate en Irak.

«Una investigación acerca del memo de Downing Street se justifica totalmente y es el primer paso para corregir el error de Irak», añadió.

Según Charles Rangel, uno de los demócratas de más alto rango en el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, es necesario comenzar una investigación.

«Francamente, parecen aumentar las pruebas que apuntan a que Bush deliberadamente o no engañó al Congreso para tomar la más importante decisión de un presidente…ir a la guerra», señaló.

Tanto las autoridades británicas como estadounidenses han rechazado las afirmaciones de manipulación de la información para adecuarla al objetivo preconcebido de lanzar la guerra en Irak.

«Esto es simplemente una reconversión de viejos debates que ya se han discutido», afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan.

La polémica por el «memo de Downing Street» estalla cuando aumenta la impopularidad de la guerra en Irak y un grupo de legisladores demócratas y republicanos pide la retirada de las tropas estadounidenses del país árabe.

Según McClellan, una medida de ese tipo alentaría a los terroristas y constituiría un mensaje equivocado para los iraquíes y las tropas estadounidenses en el país.

«Es importante que los terroristas sepan, con toda claridad, que nosotros nos mantendremos firmes hasta que completemos la misión», añadió.

Según las últimas encuestas, casi el 60 por ciento de los estadounidenses se opone a continuar la presencia militar en Irak.

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