Democratas malgastan tiempo

Democratas malgastan tiempo

WASHINGTON (AP).- El presidente George W. Bush acusó el sábado a los legisladores demócratas de malgastar el tiempo de los contribuyentes al dedicarse a pelear con la Casa Blanca en lugar de solucionar las disputas sobre fondos públicos para las fuerzas estadounidenses y el cese de algunos fiscales federales.

En su alocución radial semanal, Bush pidió a los líderes demócratas en el Congreso que superen las rencillas políticas y adopten el bipartidismo en ambos casos, que han introducido una cuña entre la Casa Blanca y el Capitolio.

Les pidió además que acepten su oferta de permitirles que interroguen a sus asesores sobre el cese de los ocho fiscales federales _ cargos todos de designación política y que ejercer sus funciones a beneplácito de la Casa Blanca _ aunque no bajo juramento _ además de aportar documentos detallados sobre las comunicaciones que mantuvieron sobre este asunto con otros funcionarios federales.

Los demócratas, provistos de citaciones judiciales contra el asesor de la Casa Blanca Karl Rove y otros ayudantes, quieren que los citados presten declaración jurada en el tema de los 8 fiscales cesados. Bush considera que los demócratas están interesados solamente en obtener una ventaja política.

«Los miembros del Congreso encaran ahora una alternativa: si malgastan el tiempo de los contribuyentes u ocasionan un enfrentamiento innecesario, o si se unirán a nosotros para solventar los problemas de la ciudadanía», afirmó el mandatario. «Tenemos muchos temas importantes pendientes. Así que debemos arrinconar la política partidista y adoptar juntos la legislación importante para el pueblo estadounidense».

   El presidente acusó además a los demócratas de partidismo en la votación que realizó el viernes la Cámara de Representantes en una partida de fondos para gastos militares que requiere el cese de la guerra en Irak antes de septiembre del 2008.

   El proyecto de ley, aprobado por 218 contra 212 votos, pasa ahora al senado, donde su suerte es más incierta, y cuenta además con la amenaza de Bush de vetarlo si llega a su escritorio. 

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