WASHINGTON,  (AFP) – Un sinnúmero de intentos por cambiar el rumbo de la guerra en Irak concluyeron esta semana con la constatación de un fracaso: la oposición demócrata fue incapaz de cumplir con la promesa hecha a los votantes que les dieron la mayoría hace un año.

 «Los estadounidenses tienen razón de sentirse frustrados porque no se hizo más para poner fin de manera razonable a la guerra en Irak, yo comparto su frustración», declaró el jefe de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, el martes de noche.

 «Pero dentro de los límites puestos por un presidente testarudo y obstinado y legisladores republicanos que no saben hacer otra cosa que servirlo, los demócratas aportaron una diferencia», aseguró Reid, que se ufanó entre otras cosas de haber «arrojado luz sobre las imprudencias» de George W. Bush. 

Presionado para desbloquear antes de fin año los fondos que le permitan al gobierno funcionar, el Senado aprobó finalmente el martes de noche un presupuesto de más de 500.000 millones de dólares, incluyendo 70.000 millones para financiar las operaciones de guerra en Afganistán e Irak. En dos oportunidades los senadores demócratas intentaron en vano incluir una obligación de poner fin a la ocupación de Irak. 

El martes la Cámara de Representantes, donde la mayoría demócrata es más amplia que en el Senado, había aprobado una versión que prohibía a la administración utilizar esos fondos en Irak.  Pero a pesar de que esa versión hubiera sido aprobada en el Senado, sobre ella se cernía la amenaza de un veto presidencial y los demócratas no tienen votos suficientes como para levantarlo.