Demócratas recaudan para elecciones

Demócratas recaudan para elecciones

WASHINGTON (AFP).- Los primeros balances financieros de las campañas electorales estadounidenses con vistas a las elecciones presidencial y parlamentaria de 2008 dan una ventaja considerable e inédita a los demócratas, mientras que los republicanos del presidente George W. Bush acusan el golpe.

Sólo contando a los seis candidatos del pelotón de cabeza para la elección presidencial 2008, los demócratas totalizan 65 millones de dólares, contra 50,5 millones de dólares para sus adversarios republicanos.

Cifras que dan por tierra con la tradición, la cual indica que los republicanos están mejor organizados a la hora de pedir grandes contribuciones de dinero.

De hecho, las disparidades no son siempre astronómicas entre ambos bandos: en la elección presidencial de 2004, George W. Bush acumuló unos 270 millones de dólares, contra 235 millones para su adversario demócrata John Kerry.

«La percepción según la cual los republicanos tienen mucha más facilidad (que los demócratas) para recolectar fondos es inexacta», aseguró Costas Panagopoulos, de la Universidad Fordham.

En 2004 fue el demócrata Howard Dean quien comenzó al frente en la carrera por los fondos, con cifras récord logradas principalmente por medio de internet. Ahora el sistema ya tiene sus émulos: todos los presidenciables han invertido recursos en internet, tanto para hacerse conocidos como para recaudar fondos.

Algunos hasta aseguran que la campaña del demócrata John Edwards llega a los límites del pragmatismo al tomar las señas personales de las personas que sólo entran en su página de internet para expresar apoyo a su esposa Elizabeth, aquejada de cáncer con metástasis.

   Además, la oposición a Bush es ayudada por la coyuntura: «los demócratas capitalizan sobre su victoria electoral (en las elecciones legislativas) de 2006 y sobre la impopularidad de un presidente debido a la guerra en Irak», explicó Panagopoulos.

   La diferencia en la recolección de fondos refleja en cierta forma el estado de la opinión pública estadounidense, donde apenas un tercio aprueba la gestión de Bush y una cifra menor su gestión de la guerra.

   No hay que asombrarse entonces porque los electores vean con mejores ojos y aporten dinero a candidatos demócratas como Hillary Clinton, Barack Obama, John Edwards, o incluso Bill Richardson y Chris Dodd en lugar de apoyar a uno republicano, de los que ninguno ha criticado a Bush o la guerra.

   Finalmente, las sumas totales recolectadas ilustran hasta qué punto la campaña presidencial motiva a los electores: ya son varios cientos de miles los que abrieron su chequera.

   El demócrata Barack Obama reivindicó el miércoles 100.000 donantes, Clinton 50.000, Edwards 40.000, y el republicano John McCain 60.000.

   «Es una elección donde las apuestas son elevadas, donde hay mucho entusiasmo e interés», explicó Panagopoulos.

   Algunos ven en estas sumas astronómicas, cosechadas en sólo tres meses y a más de año y medio de la elección de noviembre 2008, un cambio inquietante.

   El diario The New York Times denunció el jueves la «falta de gusto» de esta carrera por los billetes verdes, y el Washington Post juzgó el sistema «degradante para los candidatos y malsano para la democracia».

   Sin embargo, los presidenciables no pierden oportunidad de aclarar que no se trata de grandes intereses económicos que los puedan condicionar en el futuro: el 80% de los partidarios de Edwards habrían ofrecido menos de 100 dólares, y Obama aseguró que algunos se habían limitado a ofrecer solamente cinco.

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