Demócratas ven campo minado en protestas «Ocupemos»; los «indignados» en su segundo mes de protestas

Demócratas ven campo minado en protestas «Ocupemos»; los «indignados» en su segundo mes de protestas

NUEVA YORK, (AP).-  El Partido Republicano y el movimiento Tea Party parecían destinados por naturaleza a aliarse. Pero lo que podría haber parecido como otra sociedad política mutuamente benéfica —los demócratas y Ocupemos Wall Street— no se ha dado. Aunque los demócratas y los manifestantes del movimiento Ocupemos comparten ciertos puntos de vista en torno a la inequidad económica y la responsabilidad de las empresas, cada uno se mantiene alejado del otro.

Para los demócratas acarrea pocos beneficios darle la bienvenida a un grupo que ha desafiado a la policía y ha mostrado evidencias de uso de drogas al acampar en parques públicos en todo Estados Unidos, en una alianza que llenaría de júbilo a los republicanos.

A su vez, muchos de los manifestantes desdeñan a los demócratas, pues consideran que los dos partidos políticos tradicionales obedecen a los intereses empresariales y son responsables de implementar políticas que han perjudicado a la clase media. Sin embargo, ambas partes podrían estar perdiendo una oportunidad.

 Las encuestas muestran que el público respalda el mensaje del movimiento Ocupemos Wall Street aunque muchos tengan reservas acerca de los campamentos en sí mismos.

Y los observadores políticos dicen que los demócratas podrían estar perdiéndose una posibilidad de darle nuevo vigor a sus miembros de base. «Es inyectar energía y vida a ideas y valores progresistas, y le está mostrando a algunos demócratas temerosos que deberían ser más agresivos en esos temas», dijo Steve Rosenthal, estratega demócrata y líder laboral desde hace tiempo.

 Para las autoridades electas, que tienen aversión al riesgo, no ha sido fácil respaldar a Ocupemos Wall Street. El movimiento ha carecido de liderazgo y de un enfoque claro, y ciertas conductas ilegales han desalentado a algunos políticos.

 Los alcaldes, bajo el argumento de preocupaciones por las condiciones sanitarias y la seguridad del público, han comenzado a actuar contra los campamentos, y policías antimotines han desalojado a los manifestantes de varias ciudades, entre ellas Nueva York: Portland, Oregón, y Oakland, California.

 Por su parte, los republicanos consideran en gran medida a Ocupemos Wall Street como una pandilla de rufianes anticapitalistas, al tiempo que han intentado incitar a los demócratas a que respalden al movimiento o a que respondan por sus excesos. El aspirante presidencial republicano Mitt Romney ha calificado al movimiento de peligrosa guerra de clases, mientras que su colega Michele Bachmann dijo que los manifestantes son «ignorantes» e «irrespetuosos».

Hasta ahora, los demócratas han tratado de respaldar las preocupaciones económicas del movimiento, al tiempo que procuran mantenerse alejados de sus aspectos más controvertidos. «Creo que la gente se siente distanciada de su gobierno», dijo el presidente Barack Obama a la cadena ABC.

«Sienten que sus instituciones no se ocupan de ellos». Pero muchos activistas de Ocupemos Wall Street dicen estar desilusionados con Obama y no tienen interés de ayudarlo a él ni a otros candidatos demócratas.

 «El movimiento Ocupemos está enraizado en la idea de que el sistema político está descompuesto a tal grado que ya no podemos trabajar a través de los partidos Republicano ni Demócrata», dijo Tim Franzen, portavoz de Ocupemos Atlanta. «Esto no tiene que ver con la política. Se trata de la gente», dijo Marsha Spencer, voluntaria de Ocupemos en Nueva York.

«Hemos perdido a nuestro gobierno. Ya no es del pueblo y para el pueblo. Necesitamos recuperarlo, y para ello no necesitamos un partido político».

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