Demócratas y republicanos aún no logran ponerse de acuerdo

Demócratas y republicanos aún no logran ponerse de acuerdo

WASHINGTON, AFP. La jornada de ayer finalizó en Washington sin un acuerdo para evitar el denominado «precipicio fiscal», mientras demócratas y republicanos se acusaban mutuamente por el estancamiento de las negociaciones.  

«Todavía hay una brecha importante entre ambas partes. Las negociaciones continúan. Todavía tenemos tiempo de lograr un acuerdo y tenemos la intensión de seguir negociando», declaró tras el final de la sesión del Senado el jefe de la mayoría demócrata en esa Cámara, Harry Reid.   «Retomaremos (las conversaciones) a las 11H00 (16H00 GMT) de hoy (lunes). Tendremos, eso espero, nuevos anuncios», agregó Reid, quien lidera las negociaciones con el representante de la minoría republicana en la cámara alta, Mitch McConnell.  

Los líderes demócratas y republicanos intentan llegar a un acuerdo que sea aceptado por la Cámara de Representantes, dominada por la oposición, y por el Senado, donde son mayoría los demócratas.  

McConnell dijo haber intentado contactar durante la jornada al vicepresidente Joe Biden para intentar superar el estancamiento entre ambas partes, horas antes de que expire el plazo para que entren en vigor fuertes medidas de austeridad fiscal.

Sin un acuerdo en el Congreso, hoy a medianoche (05H00 GMT de mañana, martes) entrarán en vigor duras medidas de austeridad, previstas con anterioridad, consistentes en un alza impositiva sumada a fuertes recortes del gasto público.

Los expertos han advertido que esta cura de austeridad amenazaría la recuperación de la economía estadounidense.

Precipicio fiscal. De no hallarse un acuerdo en el Congreso, Estados Unidos se encontrará frente a un «precipicio fiscal», un baño de rigor para la mayor economía del mundo, pero cuyos efectos prevén ser graduales, y, para algunos, incluso reversibles.   ¿Por qué el «precipicio fiscal» es tan temido?

Los legisladores estadounidenses se ataron ellos mismos las manos en el verano de 2011. En virtud de un acuerdo entonces, republicanos y demócratas marcaron como plazo fines de 2012 para definir un plan para reducir el déficit público, que de no hallarse implicará la aplicación de medidas drásticas en la economía del país.   Y este «precipicio fiscal» tiene ingredientes que hacen temblar: prevé una combinación de aumento de impuestos y recortes de gastos federales de más de 600.000 millones de dólares que amenazan con golpear la economía de Estados Unidos, que todavía lucha por recuperarse de la crisis de 2008.

Según el Centro de Política Tributaria, entidad de investigación independiente, el final esperado de los regalos impositivos otorgados por el expresidente George W. Bush implica un aumento de 2.000 dólares anuales por hogar de clase media, lo que podría afectar el consumo.

De acuerdo con las estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), el Producto Interno Bruto (PIB) podría caer 0,5% en 2013 en un contexto de aumento del desempleo (9,1% frente al 7,7% actual).   ¿Un Big Bang fiscal el 2 de enero?

A pesar de haberse transformado en un drama casi de Hollywood (cuenta regresiva, vuelta de tuerca y reuniones in extremis), el escenario de un «Taxmageddon» – el ‘Apocalipsis’ presupuestario a partir del 2 de enero – no parece muy realista, según expertos consultados por la AFP.  

«Esto no es el cuento de la Cenicienta, cuando la carroza se convierte en una calabaza a medianoche», bromea Thomas Ferguson, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Massachusetts.

«Esto no es un precipicio sino más bien una pequeña colina presupuestaria», añadió. Lo cierto es que algunos efectos no van a tardar.

El aumento previsto de 2 por ciento de los aportes sociales podría comenzar a aplicarse en los sueldos de enero.

El fin de la ayuda asignada a unos 2 millones de desocupados también podría entrar en vigor rápidamente.

Pero el aumento general del impuesto sobre la renta debería demorarse más.

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