POR MARIEN ARISTY C.
Aunque tenía los recursos para continuar con los trabajos de la Escuela Básica Sabana Toro, que estuvieron detenidos durante más de un año, el ingeniero Vinicio Galán Grullón no podrá finalizar la obra: después de analizarla, la Secretaría de Obras Públicas recomendó su demolición.

Levantada con materiales de baja calidad y con deficiencias en el proceso de construcción, Sabana Toro no es un lugar seguro puesto que podría colapsar en caso de que haya un movimiento sísmico.

Así lo explicaron ayer el director de edificaciones escolares, Walid Chami Isa; y el ingeniero Vinicio Galán Grullón, actual contratista de la obra, quienes lamentaron la situación e indicaron que, de haber tenido buenos cimientos, la escuela hubiese estado terminada.

Como no es así, Chami Isa anunció que la escuela será demolida. También que el ingeniero contratista será sometido a la justicia para que devuelva lo que Educación invirtió en esa obra. El monto todavía no se ha establecido.

«Nosotros lamentamos la situación pero es lo mejor. Y que conste que el atraso en los trabajos se debe a una cuestión de la gestión pasada. La escuela está mal hecha y fue Dios que no haya sido terminada porque así nos dimos cuenta», señaló Chami Isa.

El contratista que tenía ese proyecto se llama Carlos Martínez Santana, quien tenía ocho proyectos más contratados con la cartera educativa. Todos eran proyectos grandes y algunos están a nombre de terceros.

UN VERDADERO PELIGRO

El  ingeniero Vinicio Galán Grullón recibió dos millones de pesos para la continuación de los trabajos de Sabana Toro en enero de este año. Cuando comenzaron los trabajos, sin embargo, se dieron cuenta de que las cosas no estaban bien puesto que las paredes presentaban grietas.

Fue entonces cuando decidieron hacer un estudio de la construcción. Primero, explica Galán Grullón, lo hicieron con una firma privada. Posteriormente, para que lo confirmara una institución del Estado, recurrieron a Obras Públicas.

Hoy, con el informe en la mano, el próximo paso será reunirse con los miembros de la comunidad porque necesitan buscar un lugar para alojar a los estudiantes antes de iniciar la demolición de la escuela. Esa es la orden que tiene el ingeniero: antes de sacar a los estudiantes, que reciben docencia en unas aulas de inicial que están bien construidas y en el patio del plantel, hay que buscar dónde ubicarlos.

Será en ese momento cuando inicie la demolición, que tardará una semana. Posteriormente, habrá que construirla otra vez. Ese proceso, indica Galán Grullón, podría tardar seis meses.

LA HISTORIA DE LA DECEPCION

La Escuela Básica de Sabana Toro fue construida en el año 1982 como parte del Programa PIDE que desarrolló el ex presidente Antonio Guzmán. Aunque originalmente tenía cuatro aulas, posteriormente la comunidad construyó un par de ranchetas de zinc para así ampliar la escuela y ofrecer docencia hasta octavo grado.

Poco a poco, sin embargo, esas ranchetas se fueron convirtiendo en una secuela de agujeros por los que los niños podían escaparse de las aulas sin ningún problema. Así se describió en un reportaje publicado por este diario el dos de noviembre del año 2002.

En junio del año 2003 la escuela fue demolida y los estudiantes tuvieron que ser trasladados al Centro Experimental de Semillas de Agricultura, donde recibían clases en muy malas condiciones.

En diciembre del año 2003, como los vecinos del centro les hacían la vida imposible, los estudiantes se fueron a su centro nuevamente: entonces comenzaron a recibir clases bajo lonas y, además, a convivir con las zanjas de la zapata de lo que sería la escuela.

No fue hasta un par de meses después que la construcción se reinició con la promesa de que sería terminada antes de que iniciara el año escolar 2004-2005. Pero cambió el gobierno, llegó septiembre y la escuela no se terminó.

Al principio, la obra se detuvo porque había que conciliar las cuentas con el contratista. Posteriormente, por algunas irregularidades, el contrato se rescindió. En enero los trabajaron debieron comenzar y a estas alturas todo debió estar listo. Ahora es evidente que no será así.