Demostraciones constantes de insensatez

Demostraciones constantes de insensatez

Según los pronósticos que se hacen y los indicadores económicos que se  conocen desde aquí como de fuera, lo que todo el mundo  espera para el año que viene son dificultades, estrechez y posibles desajustes en la economía como en todo lo que tiene conexión directa e indirecta, llámese social o política y lo aconsejable es que todos los esfuerzos se orienten en esa dirección.

Que el Estado se concentre en ese objetivo y abandone cualquier otra idea o proyecto que no vaya exclusivamente a paliar esa situación.

No es momento para alarmar, pero tampoco por conveniencia política ocultar situaciones ni distorsionar cifras. Hay que hablar con claridad y mucho más que eso, actuar con comedimiento y responsabilidad, ajustadas a la verdad, ofreciendo no palabras en un sentido y acciones totalmente divorciadas de los discursos y de las realidades, sino creíbles y posibles de realizar.

Todo lo que no esté absolutamente orientado o dirigido a hacerle frente a una situación como la  que se avecina debe y tiene, por prudencia y por lógica que ser diferido para cuando se respiren aires menos contaminados, incluyendo cualquier tipo de reforma, que no sea exclusivamente de tipo económica o social para hacerle frente a lo que desde ya se vaticina como un año mucho más  difícil que el que en semanas terminará.

A nadie en un país con cierto grado de institucionalidad y madurez se le ocurriría, en el inicio de un período agobiado y golpeado por problemas económicos que podrían servir de detonante a conflictos sociales y políticos, insistir en una reforma constitucional, solo para complacer a un grupo que se empecina en hacer las cosas a su manera, posiblemente sin pensar que talvez estarán afinando cuchillo para su propio pescuezo.

Como tampoco se le ocurriría a ningún partido en un país con cierto desarrollo político, abrumado por los problemas sociales y económicos, donde la mayoría de la gente vive en situaciones de pobreza, aumentando el desempleo, sin electricidad, precaria salud y sin seguridad de ninguna especie, con la droga y el lavado arropando casi todo, dejar pasar por alto esa situación, para involucrarse en conflictos internos, dejándose arrastrar por quienes no pueden vivir sin ellos.

La realidad es que  a pesar de algunas señales de desarrollo en  determinadas áreas, las demostraciones son de un país atrasado política y culturalmente, porque en el comportamiento de las instituciones y de los líderes de casi todas las actividades, predomina el subdesarrollo, el individualismo y el atraso

En el gobierno todo se promete, se incumple o se abandona. En la oposición,  cuando se creen dadas las  condiciones para  acciones conjuntas,  aparecen elementos que distorsionan y dividen. Y de los demás, qué otra cosa se puede  esperar.

Ojala que  el inicio de diciembre  refresque  las mentes de nuestros líderes  y los haga pensar y actuar con más comedimiento y con mayor sensatez, porque  la gente se cansa, para no decir se harta.

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