Denuncia complot contra Mesa

Denuncia complot contra Mesa

LA PAZ (AP).- El presidente Carlos Mesa viajará hoy miércoles a Buenos Aires para la firma de un contrato de venta de gas boliviano a Argentina, que ha alimentado un tenso clima político en el que persisten rumores de supuestas conspiraciones militares y sindicales contra el gobierno.

Mesa y su anfitrión, Néstor Kirchner, culminarán así arduas negociaciones para paliar la crisis energética que enfrenta Argentina.

El canciller, Juan Ignacio Siles, confirmó el martes el viaje a Buenos Aires. «Allí vamos a concluir el acuerdo para la exportación de gas por un periodo de emergencia de seis meses», dijo.

Mientras los sindicatos radicales rechazan la venta con la amenaza de iniciar una huelga laboral con bloqueo de caminos el 2 de mayo, un grupo de organizaciones cívicas de la región sureste, productora de hidrocarburos exige al gobierno que no ceda a las presiones.

La Central Obrera Boliviana (COB) insiste en que la venta no debe hacerse mientras se beneficien de ella empresas transnacionales y reclama la «nacionalización» de la explotación de hidrocarburos.

La semana pasada, Mesa confirmó la venta y dio por concluidas las negociaciones con el Movimiento al Socialismo (MAS), que también se opone a la exportación.

El líder del MAS, el diputado Evo Morales, pidió el martes a Mesa que no viaje a Buenos Aires ante las versiones de intentos de desestabilización y porque rechaza la venta.

Morales había sostenido que quienes querían dar un golpe eran políticos vinculados al ex presidente de Gonzalo Sánchez de Lozada (2002-2003), algunos militares, las transnacionales y la embajada de Estados Unidos. El martes dijo que funcionarios de Mesa conspiran contra él.

La confirmación de la firma del contrato, implica que Argentina ha aceptado las condiciones de Bolivia.

El ministro de Hidrocarburos, Xavier Nogales, había dicho que Buenos Aires observó que el requisito de que Argentina no incremente sus exportaciones de gas a Chile –reducidas en 20%– cuando empiece a recibir el energético boliviano implicaba una intromisión en sus asuntos.

La condición responde a que la COB, para rechazar la venta, aduce que el gas será desviado a Chile, país ante el que Bolivia perdió su costa en la guerra de 1879. Mesa considera que el gas podría ser una llave de negociación con Santiago para obtener una salida marítima soberana.

El diario La Razón informó el martes que grupos militares han empezado a criticar la debilidad del gobierno para imponer orden en el país, frente a lo que parece ser una inminente arremetida de la COB y las agrupaciones que promovieron la revuelta de octubre.

Señala que habrían surgido liderazgos enfrentados entre un militar retirado vinculado a las organizaciones cívicas del sureste del país que exigen al gobierno suspender un referéndum sobre el gas y hacer la venta a Argentina, y otro, en actividad, con nexos con los sindicatos.

El dirigente de la COB Jaime Solares ha pedido la renuncia de Mesa bajo la amenaza de provocar su caída en una revuelta como la de octubre, que dejó 56 muertos, para dar paso a un gobierno de facto «obrero-campesino».

En tanto, el transporte público y los vendedores callejeros han convocado a un paro con bloqueos para el jueves por reivindicaciones sectoriales y contra la exportación.

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