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POR ALEIDA PLASENCIA
La Asociación Nacional de Fabricantes de Dulces y Afines (ASODULCES), en carta dirigida al Instituto Azucarero Dominicano (INAZUCAR), advierte que el desabastecimiento de azúcar iniciado desde julio pasado ha propiciado la existencia de un mercado especulativo donde imperan precios exorbitantes.
La industria del dulce debe ser protegida de la especulación que suele producirse ante la recurrente crisis en el abastecimiento de azúcar y los efectos negativos que económicamente impactan en nuestro sector industrial, especialmente ahora cuando las relaciones de libre comercio facilitan el ingreso de productos del exterior elaborados con azúcares adquiridos a precios de mercado mundial y bajos aranceles, explica.
Añade, igualmente, que esta situación afectará los intereses económicos de las empresas que intervienen en el mercado del azúcar.
La carta, dirigida específicamente al director ejecutivo del INAZUCAR, Faustino Jiménez, firmada por César Heredia, director ejecutivo de ASODULCES, con copia al presidente de esa última entidad, Jesús Moreno, expresa que esta situación plantea la necesidad de que el gobierno, productores y consumidores industriales de azúcar, de manera estratégica se vinculen para ser competitivos.
Según la carta, empresas del sector industrial de alimentos y bebidas han incurrido en pérdidas ocasionadas por el aumento inusitado de precios en los azúcares, dada la falta de abastecimiento de esta materia prima. Señala que el sector industrial de dulces y afines tiene que acudir a comprar el azúcar a esos precios para poder mantener la producción.
La ASODULCES ha procurado la relación comercial directa con los productores locales de azúcar, recibiendo de ellos cordial y solidario apoyo, más, no el suministro adecuado de azúcar, pues el inventario que poseen es muy limitado, lo cual es un indicador de que habrá que recurrir a nuevas importaciones de azúcar, señala.
En la carta la entidad solicita al INAZUCAR la inclusión de la ASODULCES dentro del esquema de importación de azúcar, para que, conforme al volumen a importar, se le asigne una cantidad al sector fabricante de alimentos y bebidas.
Agrega que de este modo se estaría abandonando la política de asignación de importación que ha excluido a una industria que por su naturaleza emplea el azúcar como materia prima básica.
