Denuncia para ser investigada

Denuncia para ser investigada

Policías que prestan servicio en la Penitenciaría Nacional de La Victoria se estarían dedicando a extorsionar a los reclusos, exigiéndoles dinero y bienes para trasladarlos  al dispensario médico o a los talleres. Quienes no acceden a sus exigencias son maltratados o trasladados de celda sin ninguna justificación. Eso han denunciado los presos a los medios de comunicación, en una declaración en la que reclaman que la Dirección de Prisiones  tome cartas en el asunto.

El hecho de que los denunciantes hayan pedido reserva de identidad  puede indicar, entre otras cosas, que los denunciantes temen represalias. En este país no es  novedad que las personas privadas de su libertad sean sometidas a trato inadecuado. De hecho, las condiciones de encierro en la mayoría de nuestras cárceles delatan la injusticia del sistema penitenciario. Hay quienes están presos por haber delinquido, pero  hay quienes delinquen amparándose en su autoridad, y este puede ser el caso.

Lo que corresponde, porque nos conocemos muy bien, es que la Dirección de Prisiones o la Procuraduría General de la República investiguen qué está ocurriendo con los reclusos de La Victoria y garanticen que no permitirán represalias contra los denunciantes. Si se comprueba que es cierto lo que denuncian los presos, entonces hay que aplicarle la ley a los policías culpables.

Un signo alentador

En un país en que muchos grandes crímenes han quedado sepultados en el olvido, en gran medida por indiferencia de la justicia, es un signo alentador el sometimiento a los tribunales de cuatro policías y un marino acusados del asesinato de William de Jesús Batista Checo y Cecilio Díaz, dos de los inculpados por el secuestro del joven Eduardo Antonio Baldera Gómez, ocurrido en 2009. Los dos hombres, que  fueron capturados vivos, murieron en lo que se quiso disfrazar de intercambio de disparos.

En este país ninguna autoridad tiene derecho a disponer de la vida de una persona que haya sido capturada y sometida a la obediencia. Sería un gran logro si la Procuraduría General de la República, que esta vez sometió a los policías y el marino, esté marcando la tónica de su conducta ante los frecuentes “intercambios de disparos” en que civiles perseguidos  caen abatidos por miembros de la Policía.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas