Una gran expectativa reinaba en el Palacio del Cine de Blue Mall, en donde la noche del miércoles fue estrenada El rey de Najayo, ópera prima del dominicano Fernando Báez.
La película, la primera ralizada con los beneficios que otorga la Ley de Cine y en la que además se invirtieron US$460,000, está en los cines desde anoche.
En su debut como director de cine, Fernando Báez ha bebido de la realidad dominicana para realizar una producción de acción y drama sin una pizca de comedia.
El director ha querido usar su producción cinematográfica para denunciar la manera en que la corrupción y el narcotráfico se han infiltrado en todos los niveles de la sociedad dominicana, en las últimas dos décadas.
Unas tomas fotográficas de una zona costera del país y un avión desde donde lanzan dos paquetes de drogas dan inicio a la historia protagonizada por Manny Pérez, actor dominicano radicado en Estados Unidos, Luz García, Sergio Carlo, Juan María Almonte y Laura García-Godoy.
Luego nos traslada a la cárcel de Najayo, donde cumple condena el narcotraficante Julián, personificado por Pérez.
A partir de estas escenas, Báez usa como recursos tanto la realidad -pues el hecho transcurre en el 2010- y los flashback, esas vueltas al pasado específicamente a Barahona en los años 1974, 1989, 1992, 1996 y 2004, en los que el poderoso narco recuerda su vida de antaño.
Y aunque pudiera parecer extraño, El rey de Najayo cuenta que Julián (personaje que en más de una escena puede recordar al fallecido capo Florián Féliz) entró al negocio del narcotráfico no por mejorar su condición de vida -que es la historia que comúnmente más se ha manejado- sino para vengar la muerte de su padre. En lo que urde su plan de venganza, el personaje se convierte en un hombre que sobre la base del dinero fácil compra la conciencia de los demás.
Como método de denuncia, El rey de Najayo presenta temas actuales y escandalosos que con cierta regularidad aparecen en los medios. Y muestra cómo desde los guardias y policías hasta senadores y otros encumbrados están metidos de cabeza en ese ilícito negocio.
La película de Báez, que ha contado con el respaldo de las productoras Entrepreneur Films y Producciones Coral, bien podría gustar al gran público amante de este género.
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Algo más
Las actuaciones
En lo que a los personajes se refiere, Manny Pérez, quien ya ha hecho roles en los que busca venganza (y que esperamos no se encasille como el malo de la película) se mete en la piel de Julián. También hay que señalar que algunos actores sobreactuaron y otros no se desdoblaron lo suficiente.
Restricción
Como la película cuenta con escenas fuertes y crudas por lo que no se permite la entrada a menores de 16 años.
Diálogos
Incluye conversaciones que resultan extensas. Una de ellas es la que se da entre Pablo y su amigo, en la que uno representan la conciencia social y el otro el oportunismo. Esta parte podría haberse acortado para darle más agilidad a la película.
Música
Un punto a favor es la musicalización. Los temas fueron colocados en los momentos precisos.
Fotografía
Este es otro punto en el que la cinta El rey de Najayo brilla.