Nueva York. Unicef denunció este domingo que en la última década se han constatado más de 170 mil casos de violaciones de derechos de menores en escenarios de conflicto, y que el número de países en guerra es el mayor que se ha registrado desde 1989, cuando se aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño.
“En todo el mundo, los conflictos se prolongan cada vez más, causan mayores matanzas y se cobran más vidas entre los más jóvenes”, aseguró la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, en un comunicado. “Los ataques contra los niños no cesan y los contendientes burlan una de las reglas más básicas de la guerra- garantizar la protección de los niños”, agregó Fore.
Los 170.000 casos suponen una media de 45 violaciones de derechos humanos al día en los últimos 10 años debido a que los niños de docenas de zonas en conflicto son el blanco de asesinatos, mutilaciones y desplazamientos forzosos.
En concreto, en 2018, la ONU documentó más de 24.000 violaciones de derechos humanos, más del doble que en 2010, entre ellas asesinatos, mutilaciones, violencia sexual, secuestros, denegación de acceso humanitario, reclutamiento forzoso y ataques contra escuelas y hospitales.
De los 24.000 casos, más de la mitad fueron asesinatos o mutilaciones de niños, por el uso continuo y generalizado de ataques aéreos y armas explosivas como minas terrestres, morteros, dispositivos explosivos improvisados, municiones en racimo y bombardeos de artillería.
En el caso de 2019, en la primera mitad del año se documentaron más de 10.000 casos de violaciones de derechos humanos, aunque Unicef apunta que es posible que la cifra sea más elevada dados todos los conflictos que se han recrudecido.
Unicef destacó varias situaciones de riesgo, y recordó que el mes de mayo, la organización pidió a los gobiernos que repatriaran a los niños que habían quedado atrapados en los campamentos o centros de detención en el noreste de Siria, con más de 28.000 niños extranjeros de 60 países afectados, 20.000 de ellos de Iraq.
Subrayó asimismo que en marzo, más de 150 personas, entre ellas 85 niños, fueron asesinadas cuando un grupo armado atacó la aldea de Ogossagou en la región de Mopti, en el centro de Malí, mientras que otro ataque en Sobanou-Kou provocó 24 nuevas víctimas infantiles.
Además, apuntó que en septiembre Unicef informó de que 2 millones de niños siguen sin asistir a la escuela en Yemen, entre ellos casi medio millón que abandonaron los estudios desde que el conflicto se intensificó en marzo de 2015. En noviembre la organización reveló que tres años de violencia e inestabilidad en las regiones noroccidental y suroccidental de Camerún han dejado a más de 855.000 niños sin escolarizar y han desplazado a 59.000 adolescentes.
Por ello, Unicef insta a “todas las facciones beligerantes a que cumplan con sus obligaciones en virtud del derecho internacional y pongan fin de inmediato a todas las violaciones contra los derechos de los niños». También pidió que dejen de “utilizar como objetivo la infraestructura civil, incluidas las escuelas, los hospitales y las instalaciones de agua».