Denuncian arroz Inespre va a colmados

Denuncian arroz Inespre va a colmados

En puestos de calamidades públicas en los que se juega y se negocia con el hambre de la población, donde policías y guardias maltratan a mujeres y niños, se han convertido los mercados de venta de arroz del gobierno, a través del Instituto de Estabilización de Precios (INESPRE).

En tres de los sectores de la capital donde el gobierno vendió ayer arroz a bajo precio, la gente acusaba a los militares de comercializar el producto con los dueños de colmados y de facilitar el cereal a quienes les pagaban a cambio.

A golpes de policías, ultrajes de empleados gubernamentales, empujones, pérdida de los boletos pagados para adquirir el arroz y otras vejaciones, deben someterse cada fin de semana, miles de personas pobres que intentan abastecerse del arroz que vende el INESPRE.

En algunos puestos se vendía una parte del arroz y la otra era retirada en el mismo contenedor por camiones que lo llevaban al sector. La única explicación que se le daba a gente en medio de la desorganización, era que no podían expender más.

Situaciones insólitas vivieron cientos de padres de familias de escasos recursos económicos que ayer arriesgaron la vida en busca del arroz que se ofertaba en los sectores San Carlos y Villa Consuelo, cuando los conductores de camiones con arroz se molestaban y aparcaban los camiones, sin importar que la gente estuviera sobre ellos.

El caso más escalofriante ocurrió en la barriada de San Carlos, donde pasadas las 11:00 de la mañana, el conductor de un camión cargado de arroz dio reversa, a sabiendas de que la gente hacia fila detrás, pegada al vehículo, todo porque el caos impedía iniciar la distribución.

En el mercado del ensanche Quisqueya, realizado en la calle Doctor Defilló esquina Angel Severo Cabral, un militar abofeteó a una mujer, quien desesperada por las dificultades para comprar, lo escupió por impedirle penetrar a la fila.

[b]VILLA CONSUELO[/b]

Trasnochadas, con hambre y cansadas de recibir empujones en las filas que parecían turbas, cientos de personas se concentraron desde las 5:00 de la mañana de ayer en la calle Manuel Ubaldo Gómez esquina Juan de Morfa, donde más que un mercado, lo que hubo fue una disputa despiadada.

Además del vía crucis para obtener los boletos para la compra, la tardanza en la llegada del arroz y la espera del auditor del arroz, hombres y mujeres perdían zapatos, billeteras, dinero y hasta los boletos que pagaban para recibir el saco del cereal de 25 libras, valorado en RD$175.

Sin respeto para las embarazadas y envejecientes, los empleados del INESPRE pasaban el arroz por encima de quienes se agolpaban en el camión, a manos de quienes lograban conectar con los policías o militares, cuya función era controlar las filas.

La ley del más fuerte era lo que se imponía en este mercado de arroz y eran demasiado frecuentes los distintos tipos de insultos y palabras soeces que se escucharon.

Víctor Fernández no pudo abastecerse, tras lo que sostuvo que los cinco agentes tenían un contrabando con el arroz y que una mujer llenó su carro en presencia de todos.

«El robo que ellos tienen es que venden los tickets, los reciben, vuelven a venderlos y luego reportan otra cosa», dijo.

Wendy Mañón, quien se trasladó a las 5:00 de la mañana desde el sector Gualey, acusó a los guardias de maltratarla y de llevar el arroz a los dueños de negocios. Se quedó con los boletos 019228 y 049701, sin haber comprado nada.

Silvia González, Caridad Peña y Mayra Altagracia Ortiz, coincidieron en afirmar que los policías las golpearon.

«En este país se está pasando hambre como en Cuba. Eso da vergüenza. Se juega con el hambre de un país. Todo lo del INESPRE es malo. El pueblo está muerto de hambre que tiene que andar detrás de esos tickes.», dijo la señora González.

Una parte del arroz que se comercializaba en un camión Daihatsu, color rojo, placa LJ-A444, se la llevaron los propios empleados del INESPRE.

Elvis Sosa opinó que se está utilizando el arroz para hacer campaña y humillar a la gente.

[b]SAN CARLOS[/b]

En este mercado también hubo una verdadera anarquía. La gente se volcó a la calle detrás de arroz. Una señora se cayó de un camión que se puso en marcha lleno de compradores. Las mujeres decían que el arroz se vendía «por carita». Los supervisores y empleados del INESPRE se negaron a dar declaraciones.

En la calle Abreu esquina Aruba, empleados del INESPRE amenazaban a la población con retirarse, a causa del caos que no le interesaba a la seguridad.

El chofer José María Socorro Hernández, identificado con un carnet de las Fuerzas Armadas, dio reversa al camión placa LD-B054, cargado de arroz, mientras la gente se aferraba al vehículo para impedir ser aplastada.

«Este es un abuso al pueblo indefenso», decía María del Rosario, de 72 años de edad.

Socorro Hernández y otro conductor de la patana placa L13445 volvieron a poner en peligro la vida de decenas de personas, cuando ambos movieron los camiones, apretando a un grupo de personas en medio de los vehículos.

«Esto es lo que se llama un pueblo caerse del hambre. Aquí ha ocurrido de todo», afirmó Carmen Sabala.

Un hombre apodado El Chino, quien vestía franela del INESPRE y que aseguraba a sus amigos que les guardaría arroz, le entró a golpes a otro, quien desesperado, trató de sacar un saco y tirarle los boletos.

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