LA HABANA (AFP).- El régimen castrista se dotó en 45 años de un verdadero «gulag tropical», con más de 100.000 presos en la actualidad contra menos de 4.000 antes de su llegada al poder, denunció este martes la disidencia al presentar el «primer estudio» sobre la evolución del sistema carcelario cubano.

El presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN, ilegal), Elizardo Sánchez Santa Cruz, un ex preso político, destacó en una conferencia de prensa en su domicilio «la hipertrofia del sistema carcelario» cubano, que pasó de 14 prisiones en 1958 a más de 200 en la actualidad.

La población penal -estimada en menos de 4.000 prisioneros antes del arribo de Fidel Castro al poder en 1959- es hoy «del orden de los 100.000 detenidos», según el estudio.

En total, entre 0,7% y 0,9% de la población cubana se encuentra tras las rejas, «una cifra gigantesca», según Sánchez Santa Cruz, que calificó este hecho como «el fruto amargo del sistema totalitario».

La población cubana se duplicó desde 1949, pasando de 5,5 millones de habitantes a más de 11 millones en la actualidad.

Veterano líder disidente, Elizardo Sánchez, de 58 años, desplegó dos mapas de Cuba: en uno se localizaban las 14 prisiones del período republicano (1902-1959) y en otro -dentro de una constelación de puntos- se marcaban los actuales emplazamientos de los establecimientos penitenciarios.

De las 200 prisiones, 45 son establecimientos de alta seguridad -contra uno solo que había en 1959-, «columnas vertebrales» del sistema, alrededor del cual gravitan además decenas de campos de trabajo y centros de internamiento secundarios, precisó.

La investigación es el resultado de un año de trabajo con ex detenidos y en torno a familiares de prisioneros, dijo.

«No hay una exactitud absoluta» en estas cifras, previno el disidente, que señaló un probable margen de error de 20%, subrayando que el gobierno cubano rehúsa «lamentablemente» la transparencia, haciendo del sistema penitenciario de Cuba «el único en el hemisferio occidental que se mantiene al margen de toda forma de escrutinio nacional o internacional».

La última visita de la Cruz Roja Internacional a las prisiones cubanas se remonta a 1988. En aquel entonces dio lugar a un informe que desagradó a las autoridades y que sigue siendo «muy confidencial», sostuvo Sánchez Santa Cruz.

El número de prisioneros de conciencia sobrepasa los 300, destacó, tras registrarse un brutal incremento en marzo de 2003 debido al encarcelamiento de 75 disidentes, condenados luego a penas que van de seis a 28 años de prisión.

«La tortura física no es la regla en Cuba», señaló el líder opositor, pero «la tortura psicológica se practica regularmente», bajo la forma del aislamiento del prisionero en pequeñas celdas, con «altísimas temperaturas», mal ventiladas, sin agua corriente y acompañado a la vez de privación del sueño para obtener una confesión.

«Yo recuerdo haber matado 5.374 cucarachas en mi celda en unas semanas. Las conté», dijo Sánchez Santa Cruz, quien pasó ocho años detenido en varias prisiones del régimen.

En 1958 no existía más que una prisión de mujeres para 150 ó 300 detenidas, contra una docena que existen hoy para unas 2.000 a 3.000 prisioneras. Otra decena de centros de detención albergan «a centenares» de jóvenes mujeres «completamente inocentes» pero sospechosas de prostitución, añadió el activista.

«Según la ley N1 62, artículo 11, ellas manifiestan ‘una especial proclividad (…) para cometer delitos (…) en contradicción manifiesta con la moral socialista'», señala el estudio de la CCDHRN.

En cuanto a menores de 16 años, la investigación censó «entre ocho y diez» centros de reclusión que harían de Cuba «uno de los primeros lugares en el mundo, o tal vez el primero, por la cantidad de niños y adolescentes en edad escolar internados» por cada mil habitantes, indicó el reporte, que admite que no hay cifras exactas disponibles.