MOSCU (AP).- Las autoridades rusas investigan denuncias de que empleados de un hospital pusieron cinta adhesiva en las bocas de los bebés a fin de impedirles llorar, en un escándalo que ha causado furor en este país.

En otro incidente que planteó ulteriores preocupaciones sobre el deplorable estado del sistema de salud en Rusia, se anunció el inicio de una investigación en un jardín de infantes donde un empleado daba inyecciones a niños para ponerlos a dormir, sin contar con autorización alguna.

El presunto incidente en que se amordazó a los niños habría ocurrido en un hospital de Yekaterinburgo, en los Urales, a unos 1.500 kilómetros al este de Moscú.

De acuerdo con un comunicado difundido el jueves por la Fiscalía General en su portal de acceso en la internet, investigadores descubrieron que empleados del hospital en varias ocasiones usaron cinta adhesiva para sellar la boca de los bebés e impedirles que lloraran.

Las versiones de la prensa rusa difieren en muchos detalles, como el de si todos los bebés eran huérfanos o no. También se ignora cuántos empleados participaron en el amordazamiento de los bebés. El escándalo se hizo nacional cuando una emisora de televisión rusa difundió una secuencia grabada de un bebé que estaba durmiendo en una cuna. Lo que parecía ser un chupete estaba fijado con cinta adhesiva a su boca.