Denuncian marchantes conspiran en subastas arte

Denuncian marchantes conspiran en subastas arte

LONDRES (EFE).- Una galería de arte internacional ha revelado que algunos marchantes conspiran en las subastas y manipulan los precios para obtener beneficios en secreto.

Según fuentes de la Ópera Gallery, de Londres, citadas ayer por el dominical “Sunday Times”, los marchantes “no compiten entre sí” en las subastas sino que llegan a acuerdos secretos entre ellos para comprar las obras que les interesan a más bajo precio.

Un miembro del personal de esa galería, que tiene también sucursales en otras ciudades como París o Nueva York, aseguró a un cliente que es una práctica muy corriente que afecta a las obras de artistas importantes.

En un correo electrónico enviado al cliente, aquél reconoció que se trataba de una forma de proceder ilegal porque “el vendedor no consigue por la obra que vende el precio que debería obtener normalmente».

La citada galería, que tiene una importante red por todo el mundo, vende desde artistas tan famosos como Chagall, Matisse, Picasso y Rodin hasta otros menos conocidos.

El cliente al que se dirigió el mensaje electrónico expresó su interés por una obra del artista francés Raya Sorkine y se le dijo que valía 12.000 libras (más de 17.000 euros al cambio actual).

Cuando descubrió que los precios que se pagan por obras de ese artista en las subastas son mucho más bajos, preguntó a la galería por qué era así.

Fue entonces cuando, según el dominical británico, Jean David Malat, un francés que se describió como director de la galería, explicó por correo electrónico que los precios de las subastas no reflejan el valor real de las obras de un artista.

En el correo electrónico, visto por The Sunday Times, Malat explicaba con el ejemplo de Sorkine que si, por ejemplo, cuatro marchantes importantes quieren comprar uno de sus cuadros en una subasta, se ponen de acuerdo para que puje sólo uno de ellos.

Así, el precio se mantiene mucho más bajo que si pujaran los cuatro entre sí.

Una vez que uno de los marchantes compra el cuadro, se reúnen los cuatro en secreto y apuntan el máximo que cada uno de ellos estaba dispuesto a pagar por la obra.

Quien hace la puja más alta se queda con el cuadro y paga a los otros tres una parte de la diferencia entre su propia oferta y el precio pagado en la subasta original.

Sin ese truco, sólo uno de los marchantes se habría beneficiado de la subasta mientras que de ese modo cada uno de los cuatro saca algún provecho.

Según fuentes de “Sotheby’s”, las subastas públicas se rigen por la legislación anti-trust y mientras que no es ilegal que varias personas sumen fuerzas para lograr una adjudicación, sí lo es restringir la competencia para mantener artificialmente bajos los precios.

La semana pasada, el propio Malat aseguró que ni él ni la galería Ópera se habían dedicado a manipular así los precios aunque dijo que hay mucha gente en ese negocio que se dedica a tales prácticas en relación con unos pocos artistas.

El presidente de la Ópera Gallery, Gilles Dyan, negó también estar involucrado en cualquier operación de ese tipo y agregó que su colaborador, Malat, no debería nunca haber enviado el mensaje que envió al cliente, por lo que ha sido ya sancionado.

Cristina Ruiz, directora de la publicación especializada “The Art Newspaper”, dijo al dominical que es seguro que continúa ese tipo de manipulaciones aunque explicó que lo difícil es acusar a alguien en concreto.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas