Familiares de los dos jóvenes que denunciaron haber sido torturados por agentes policiales del cuartel Barrio Nuevo, en la zona oriental de la ciudad, denunciaron ayer que sus parientes fueron sacados a la fuerza del destacamento principal de Sabana Perdida a media tarde de ayer por tres agentes policiales sin consentimiento del fiscal Adolfo Portes Alcántara.

La señora Lucy Esquea Martínez afirmó que su hijo Ricardo Pérez Martínez, de 21 años, y sus amigos Andrés Tolentino y un tercero menor de edad, fueron «secuestrados» del destacamento de la Charles de Gualle por agentes policiales del cuartel Barrio Nuevo en compañía de la personas que puso la querella por la que fueron detenidos.

Fueron subido a un carro Toyota Camry, color gris, dijeron.

El fiscal Portes Alcántara dijo que desconocía que hubieren sido trasladados los detenidos.

Esquea Martínez, quien acudió a la redacción de HOY en compañía de su hermana Marisol Martínez y la joven Miguelina Duarte, dijeron temer por la vida de sus familiares.

Manifestaron que tan pronto sus parientes fueron sacados del destacamento, aprovechando la ausencia del fiscal Portes Alcántara, se trasladaron a otros cuarteles de la zona, sin conocer hasta alta horas de la noche su paradero.

«Hemos visitado la Fiscalía y el Palacio de la Policía, pero en ninguno de estos lugares saben dar una explicación del paradero de ellos», afirmaron.

Identificaron a los agentes actuantes en lo que definieron como un rapto como los tenientes Faustino y Alcántara, y un capitán cuyo nombre desconocen.

LA CEBOLLA

La señora Martínez dijo que su hijo le confesó que fue torturado con una funda plástica en la cabeza y una cebolla en la boca.

Dijo que observó a su hijo vomitar sangre de los golpes que recibió.

La joven Duarte, esposa del detenido Tolentino, manifestó que hasta la querellante se desmayó al observar como era golpeado el hijo de la señora Martínez.

CONFIRMA DENUNCIA

El fiscal Portes Alcántara confirmó la versión de los familiares de los jóvenes torturados y dijo que la acción debe ser repudiada por toda la sociedad, puesto que se actuó al margen de la ley.

«Esos detenidos fueron traslados sin mi consentimiento y, peor aún, yo que soy el fiscal desconozco el paradero de esos jóvenes», precisó.

Sostuvo que visitó la Fiscalía de Santo Domingo y cuarteles y que no pudo dar con el paradero de los detenidos.