Santiago.- El Centro Histórico de esta ciudad es un lugar poco seguro debido a la falta de vigilancia policial en sus calles, situación que los delincuentes aprovechan para hacer sus fechorías.

La escasa circulación de personas y vehículos en las noches, fines semanas y días feriados aumenta las posibilidades de ser víctima de un asalto.

En una semana a muchos vehículos estacionados en las calles Sánchez, Mella, San Luis, Del  Sol y demás vías adyacentes, les han sido sustraídos los radios y otros objetos.

Yamira Taveras y Wellington Díaz, reporteros del periódico HOY, han sido víctimas de los ladrones.

Sus vehículos han sido violentados en par de ocasiones, cuando han estado estacionados justo al frente de las oficinas del diario en que laboran, en la calle Sánchez esquina General Cabrera, de esta ciudad.

Otras personas reportan robos y asaltos y claman porque la vigilancia policial sea aumentada, pues los malhechores se pasean asechando a cual vehículo pueden lograr romper el seguro, mientras sus dueños hacen sus labores de trabajo.

Los comerciantes del epicentro comercial y cultural de esta ciudad, también denuncian  robos a tiendas de ropa y celulares, colmados, oficinas de abogados y hasta instituciones.

Relataron que los establecimientos comerciales han sido vulnerados por vándalos que rompen los cristales y cargan con mercancías.

Carlos Lora, presidente de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico, atribuye los  robos a que la vigilancia dispuesta por la Policía no es suficiente, sobre todo, en las noches, cuando los  negocios cierran y el tránsito es menor”.

El comerciante manifestó que las calles más afectadas por la ola de raterismo son General Cabrera, Beller, Mella, Sánchez y 16 de Agosto.

“Hemos tenido que buscar métodos alternativos para proteger nuestros negocios y clientes, porque la vigilancia policial no es suficiente. Los negocios han invertido más de 200 mil pesos en personal de seguridad privada y sistemas de alarma”,  dijo Lora.

El saqueo del tendido eléctrico también contribuye a que el Centro Histórico sea el campo de los delincuentes y merme la asistencia a las tiendas.

Lora afirma que una de las preocupaciones del sector comercial es la poca preparación con que cuentan los agentes que están en las calles, quienes realizarían mejor trabajo si tuvieran los equipos necesarios como armas, radios de comunicación y motores.