Denuncias corrupción cercan gobierno Lula

Denuncias corrupción cercan gobierno Lula

SAO PAULO (EFE).- El gobernante Partido de los Trabajadores (PT), que se caracterizó por ser un martillo implacable contra la corrupción cuando estaba en la oposición, afronta ahora una ola de denuncias que han puesto en aprietos al Gobierno de Brasil.

   Las denuncias que van desde irregularidades tributarias del presidente del Banco Central hasta el uso indebido de fondos del estatal Banco do Brasil, han sido atribuidas por el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva a «intrigas» de la oposición y a los excesos de la prensa por la proximidad de las elecciones municipales.

   «No habrá intriga, no habrá provocación, no habrá elección que pueda frenar el desarrollo que este país necesita y debe tener», dijo Lula el viernes tras la publicación de nuevas denuncias que comprometen al presidente del Banco Central, Henrique Meirelles.

   El gobierno y el PT han cerrado filas alrededor de Meirelles, que según distintas revistas incurrió en varias irregularidades fiscales antes de asumir la presidencia del Banco Central en 2003, con el mismo ahínco con el que han defendido al presidente del estatal Banco de Brasil, Cassio Casseb, salpicado por otro caso.

   Casseb no ha explicado con claridad por qué el Banco de Brasil gastó el mes pasado 70.000 reales (unos 23.500 dólares) en la compra de ingresos para un espectáculo musical destinado a recaudar fondos para el PT.

   «La primera conclusión es que el PT está probando de su propio veneno denunciante», escribió hoy en el diario «Folha de Sao Paulo» la columnista Eliane Catanhede, quien señaló que la diferencia está en que mientras en los dos gobiernos de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) rodaban cabezas por las denuncias del partido socialista, «en el gobierno Lula la orden es resistir».

   Según el semanario «Veja», Casseb renunció dos veces la semana pasada pero Lula y su ministro de Hacienda, Antonio Palocci, rechazaron las dimisiones, mientras que Meirelles advirtió que no pretende dejar el cargo, para alivio del gobierno y de los mercados financieros, que aprueban su ortodoxa política monetaria.

   Distintos diarios informaron hoy de que Lula hará esta semana un pronunciamiento en cadena de radio y televisión para subrayar el crecimiento de la economía brasileña en este año, como forma de acallar las denuncias contra Meirelles y Casseb y de paso dar una ayuda a los candidatos del PT que disputarán las elecciones municipales de octubre próximo.

   La denuncia más reciente afecta al tesorero del PT, Delubio Soares, cuya familia compró hace dos meses tierras en el estado de Goiás (centro) y registró las transacciones en notaría por valores cuatro veces inferiores a los del mercado, según publicó hoy el diario «O Globo».

   Soares es el encargado de recolectar fondos para la compra de un edificio que albergará la nueva sede del PT en Sao Paulo y, según el diario, empresarios y algunos miembros del propio partido se han quejado del asedio al que son sometidos para donar dinero a ese proyecto.

   Pese a que el PT construyó en la oposición una imagen de adalid de la ética y de guardián del «patrimonio moral» de Brasil, ahora en el gobierno le ha costado separar lo público de lo privado, incluso en detalles simples como el de decorar con la estrella del partido los jardines del palacio presidencial, que pertenecen a toda la nación.

   Los escándalos se remontan a febrero pasado, cuando se descubrió que el principal asesor del ministro de la Casa Civil, José Dirceu, brazo derecho de Lula, había cobrado propinas a los empresarios del juego clandestino, pero el gobierno bloqueó una iniciativa para que el Congreso investigase el caso.

   «El parámetro de moralidad que el PT creó antes era alto, más de lo que su gobierno sustenta ahora», concluyó Catanhede en su columna de hoy. EFE

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