Denuncias corrupción pone en cuerda floja de Lula

Denuncias corrupción pone en cuerda floja de Lula

BRASILIA (EFE).- La alta directiva del Partido de los Trabajadores (PT) quedó ayer en la cuerda floja debido a nuevas denuncias de corruptelas en esa formación socialista, fundada hace 25 años por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.

El presidente del partido, José Genoino; el secretario general, Silvio Pereira; el tesorero, Delubio Soares, y hasta el ex ministro José Dirceu parecen tener las horas contadas a raíz de un escándalo que ya nadie es capaz de imaginar dónde tiene su límite.

Todos aparecen cada vez más implicados en una red de sobornos a legisladores que, según ha denunciado el diputado laborista Roberto Jefferson, el PT mantuvo durante los dos primeros años de gestión de Lula, a fin de garantizarle al gobierno la mayoría parlamentaria que no obtuvo en las urnas.

Según las últimas denuncias, los dirigentes citados tienen una estrecha relación con Marco Valerio Fernandes, dueño de dos agencias de publicidad vinculadas al PT, a quien se le acusa de haber montado la trama necesaria para financiar los sobornos a través de contratos obtenidos con empresas del Estado.

La revelación de que Fernandes avaló un crédito bancario por un valor equivalente hoy a un millón de dólares a favor del PT acabó de enredar el asunto y provocó contradictorias declaraciones de Genoino y Soares, que fueron consideradas «intolerantes» hasta por líderes del partido.

El PT ha convocado para mañana a una reunión extraordinaria de su dirección, que deberá decidir si Geonino, Soares, Pereira y Dirceu son suspendidos temporalmente, hasta que se esclarezca su situación.

El diputado José Eduardo Cardozo, una representativa voz del PT en la Cámara Baja, pidió hoy que los cuatro se aparten de sus cargos y dijo que «es necesario investigar y aclarar si alguien del partido está envuelto, y si es así hay que ser implacables».

En el mismo sentido se pronunció el senador Cristovam Buarque, otro importante líder del partido en el gobierno, quien consideró que las evidencias contra Geonino, Soares, Pereira y Dirceu «empiezan a ser alarmantes».

También opinó así el vicepresidente nacional del PT Romenio Pereira, quien afirmó que «un partido que ha hecho de la lucha contra la corrupción su bandera, no puede defender sospechosos».

El diputado Francisco Alencar fue aún más allá y consideró que «lo ideal es que toda la dirección nacional renuncie» y se adelanten las elecciones internas previstas para septiembre, en las que Genoino aspira a ser reelegido presidente del PT.

Para complicar más las cosas, una ex secretaria de Fernandes dijo que su antiguo jefe también tenía estrechos vínculos con José Borba, jefe de la bancada en la Cámara Baja del Partido del Movimiento Democrático (PMDB), al que Lula ha invitado a formar un gobierno de coalición, en un intento por desmarcarse del escándalo en el PT.

Fernandes y Borba hablaban «al menos una vez por semana» y varias veces se reunieron en Brasilia, dijo Fernanda Karina Somaggio, quien añadió que el publicista fue al menos a uno de esos encuentros con el líder de centro derecha «con una maleta llena de dinero».

El presidente del PMDB, Michel Temer, explicó hoy que su partido decidirá si Borba debe ser suspendido hasta que se aclare su caso.

El incesante alud de denuncias ha dado más alas a la oposición, que ya involucra directamente a Lula en todos los asuntos.

«Es imprevisible el desenlace de esta crisis, pero ciertamente el gobierno, el PT y el presidente Lula están con la imagen y la ética muy comprometidas», declaró hoy el diputado Antonio Carlos Magalhaes Neto, del derechista Partido del Frente Liberal.

En ese sentido se pronunció el senador socialdemócrata Alvaro Dias, para quien «Lula es partícipe de todo este asunto, directa o indirectamente, sea por omisión o sea por connivencia. Lula es la figura central del grupo y decir otra cosa sería una ingenuidad o simple cinismo».

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