Washington (EFE).- Por segundo día consecutivo unos 5.000 viajeros quedaron ayer atrapados en el aeropuerto internacional de Denver (Colorado) debido a una gran tormenta de nieve y tuvieron que ser asistidos con víveres, mantas y artículos de aseo.

Según fuentes del aeropuerto, United Airlines se vio obligada a anular más de 600 vuelos de los 800 que tenía previstos para ayer.

Por el momento se desconoce cuando se reanudarán las operaciones aéreas interrumpidas a causa de la nieve, que ha alcanzado un nivel de hasta 75 centímetros en las montañas que rodean Denver y de 60 centímetros en el área metropolitana de esa ciudad.

Algunos voluntarios de Cruz Roja distribuyeron unas 4.200 mantas, 400 cunas y viandas entre las personas aglomeradas en el aeropuerto, que también recibieron agua embotellada, alimentos y pañales para bebés de parte de efectivos de la Guardia Nacional. Esta misma fuerza tuvo que socorrer a cientos de automovilistas en las autopistas del área de Denver, declarada en estado de emergencia por el gobernador de Colorado, Bill Owens.