Deplora celebren golpe Estado

<p>Deplora celebren golpe Estado</p>

MIAMI (AFP).- El ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez, objeto de un intento de golpe de Estado en 1992 liderado por el actual presidente Hugo Chávez, dijo que la celebración oficial del evento impulsada por el actual mandatario es «motivo de vergüenza» y «consternación».

“El cuatro de febrero de 1992 el hoy presidente de Venezuela en unión de otros militares que deshonraron su juramento, empuñaron las armas que le habían confiado sus compatriotas, para irrumpir contra un gobierno que había sido electo en elecciones limpias», dice Pérez, de 84 años, en un comunicado emitido ayer desde Miami, ciudad en donde reside actualmente.

“Ese fue el día que Chávez y sus cómplices intentaron asesinarme en Miraflores (palacio presidencial) y de asesinar a mi familia (…) es el día de la cobardía», agrega el ex presidente.

Chávez fue denunciado el lunes en la Fiscalía de Venezuela por “apología del delito”, por conmemorar el domingo pasado el 15 aniversario del golpe de Estado, de acuerdo con la denuncia de un ex militar que participó junto con el mandatario en la asonada.

El Presidente, quien en 1992 era teniente coronel del Ejército, conmemoró la fecha el domingo como día de la Dignidad, y mediante decreto creó la «Orden 4 de Febrero» para condecorar «el heroísmo» de quienes ese día «lucharon con gallardía contra el viejo paradigma de la democracia bipartidista y corrupta».

«Ese día», dice Pérez, «Chávez quedó consagrado como el único golpista en más de cuarenta años de la fenecida democracia venezolana».

«Que se celebre tan triste fecha con la participación de efectivos de las fuerzas armadas nacionales no es sólo motivo de vergüenza sino de consternación», agrega. «Cómo pueden los guardianes de la institucionalidad sumarse a celebrar la violación y el atropello de la institucionalidad», se cuestiona el ex mandatario.

Tras el fracaso del golpe, Chávez permaneció en prisión poco más de dos años junto con un grupo de oficiales por la asonada en la cual, según reportes de prensa, fallecieron 35 personas. Fue indultado luego por el sucesor de Pérez, Rafael Caldera.

Pérez destaca que fracasado el golpe, Chávez «se entregó llorosamente pensando que lo iban a matar -como él pretendía hacer conmigo y muchos de mis colaboradores y de mi propia familia», y calificó la celebración como «patética y desvergonzada».

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